Prótesis total de rodilla: eliminar la incapacidad y el dolor

La prótesis total de rodilla es el reemplazo de la articulación dañada por una artificial que cumple la misma función. El Dr. Gastón Chiesa, del Servicio de Ortopedia y Traumatología de Grupo Gamma, nos explica en qué consiste esta práctica quirúrgica y cuándo se evalúa necesaria. Les dejamos la primera parte de esta nota, en la segunda parte desarrollaremos sus principales beneficios y posibles riesgos.

¿Qué es una prótesis?

La sustitución protésica consiste en sustituir una articulación lesionada o artrósica por una articulación artificial denominada prótesis. La sustitución protésica de las articulaciones ha sido uno de los mayores avances logrados por la cirugía ortopédica en este siglo. El esfuerzo conjunto de ingenieros ha posibilitado el desarrollo de los materiales y técnicas para que sea posible.

¿Qué es una articulación?

Una articulación es una estructura especial del cuerpo humano donde se encuentran dos o más huesos y su engranaje permite el movimiento. Por ejemplo, el hueso de la pierna llamado tibia y el del muslo denominado fémur se unen formando la rodilla.

La parte final del hueso de una articulación se halla cubierto de un material liso y reluciente que se llama cartílago. Este material amortigua las fuerzas que actúan sobre el hueso subyacente y permite que la articulación se mueva fácilmente y sin dolor. La articulación está incluida en una cápsula recubierta en su interior por un tejido liso llamado sinovial. La sinovial produce un lubricante, líquido sinovial, que reduce la fricción y el desgaste de la articulación. También, existen unos ligamentos que estabilizan la articulación. Cruzando las articulaciones hay músculos y tendones que, además de aumentar su estabilidad, favorecen el movimiento.

Motivos para una prótesis de rodilla

La razón más frecuente para colocar una prótesis de rodilla es eliminar el dolor y la incapacidad de movimiento causada por una gran destrucción articular. Las superficies de la articulación pueden estar dañadas por la artrosis, proceso que provoca el desgaste del cartílago articular.

Debido al dolor y la rigidez el paciente evita utilizar la articulación, por lo que los músculos que la rodean se debilitan y entonces se dificulta la movilidad de la misma. Cuando el daño articular es importante, la prótesis total de rodilla puede permitir al paciente volver a desempeñar sus actividades diarias.

En el estudio de la artrosis hay que anotar los síntomas del paciente, realizar una exploración física y los estudios específicos de imágenes. Una vez confirmado el diagnóstico, se considerará la posibilidad de colocar una prótesis cuando el tratamiento médico-rehabilitador u otras alternativas quirúrgicas hayan fallado, al no conseguir eliminar el dolor y la incapacidad.

¿Cómo se coloca una prótesis total de rodilla?

Es una técnica quirúrgica. Con el paciente bajo anestesia, el cirujano sustituye la articulación dañada por los materiales artificiales. En la rodilla, los extremos óseos del fémur y la tibia se sustituyen por unos componentes protésicos que se articulan entre sí y con la rótula, que en la mayoría de ocasiones también es sustituida. Una prótesis puede implantarse en otras articulaciones: las que se sustituyen más a menudo son la rodilla y la cadera.

Los materiales utilizados en las prótesis totales están diseñados para permitir una movilidad similar a la de la articulación normal. Los componentes protésicos suelen estar compuestos por un elemento metálico que encaja exactamente en un plástico. Se utilizan diversos metales, acero inoxidable, aleaciones de cobalto, cromo y titanio. El plástico es polietileno que es extremadamente duradero y resistente al desgaste. Para la fijación de los componentes al hueso suele utilizarse cemento, aunque también existen prótesis no cementadas, las cuales se anclan directamente al hueso.

Período de recuperación tras una prótesis total de rodilla

La recuperación es variable, depende de cada paciente. Por regla general se le anima para que utilice la nueva articulación poco después de la intervención. A los pocos días puede colocarse de pie y caminar. El fisioterapeuta instruye al paciente en la rehabilitación de la articulación y el uso de muletas.

En la segunda parte explicaremos los principales beneficios de esta intervención y sus posibles complicaciones. Para responder todas las preguntas, te recomendamos consultar con un especialista.

Fuente: Dr. Gastón Chiesa, Servicio de Ortopedia y Traumatología de Grupo Gamma

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