Gasto Público sin Techo

Las cuentas públicas están cada vez más desequilibradas. El déficit para el segundo mes del año trepó a poco más de 16.000 millones de pesos pero, de no haber mediado los aportes de ANSES y BCRA, el rojo sería marcadamente superior. Puntualmente, en el segundo mes del año los traspasos de estos dos organismos treparon a 2.400 millones de pesos, casi un 40% más en relación a igual lapso de 2014, sin los cuales el déficit hubiera sido casi de $19.000 millones.

Los datos publicados por el MECON para el mes de febrero dan cuenta de un crecimiento anual de los egresos corrientes del orden del 38%, en tanto que los recursos corrientes subieron para igual lapso un 30%. Esta brecha es la que provoca el desbalance fiscal, llevando el déficit a más de 5 puntos del PBI.

El deterioro fiscal es creciente y esto puede advertirse claramente cuando se analizan los resultados para los últimos años. Mientras en febrero de 2012 había un exiguo superávit ($94 millones de pesos), el resultado se revirtió para el mismo mes de 2013, en cual hubo un desequilibrio de $526 millones. Luego, la situación se torna más crítica y el rojo de febrero de este año es 31 veces más alto que el de hace dos años atrás.

Deterioro en las Cuentas Públicas

Déficit fiscal febrero 2013 – febrero 2015 (millones de pesos).

Para el mes de febrero, dentro de las erogaciones, sobresalen los aumentos de transferencias corrientes y el déficit operativo de las empresas públicas, ambas partidas se incrementaron en el orden del 40%. Por su parte, las prestaciones de la seguridad social también subieron (+38%) en sintonía con el gasto global mientras que la partida “otros gastos corrientes” se incrementó casi un 100%. Si bien no es significativa la participación de este rubro, su incremento es más que llamativo. En cuanto a los gastos en obra pública, la Inversión Real Directa (IRD) registró un alza del 38% anual, en tanto que las transferencias de capital a provincias subieron un 24%. En efecto, estos números reflejan claramente que la expansión fiscal, base de este modelo, no tiene freno y mucho menos en un año electoral.

Esta situación es insostenible en el tiempo. Y, como ya lo hemos planteado en otras oportunidades en esta misma columna, es necesario comenzar cuanto antes con una reforma integral y sostenida del Estado. Un simple ajuste no alcanza para revertir un agujero de tal magnitud.

Por Agustina Leonardi

 
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