Creando futuro

Mario Raimondi dejó su vida cómoda en Holanda y regresó a Rosario a buscar el cambio. Es cofundador y director ejecutivo de El Desafío Foundation, la ONG nacida en Holanda que educa niños rosarinos en situación de pobreza con programas de excelencia nórdica. Harvard los descubrió y ahora trabaja con ellos.

¿Cómo nacen?

Viví 10 años en Holanda. Trabajaba en el departamento de marketing de Nike viajando por todo el mundo a mundiales y olimpíadas. Cuando fundamos El Desafío tenía 21 años y el cofundador holandés, Jorn Wemmenhove, 28. Obtuvimos la personería jurídica en el 2005. Hoy El Desafío es una organización que inspira a muchas ONG por su excelencia, innovación y creatividad.

¿Cuál es la misión de El Desafío?

No somos una entidad de beneficencia, somos una organización que propone un cambio a gran escala. Nosotros proponemos una Teoría del Cambio que no va a venir de la dirigencia política como muchos piensan, vendrá de la educación y el desarrollo de los marginados, de las comunidades en situación de pobreza. Trabajando sobre esos jóvenes -futuros adultos- con conocimiento, capacidad para producir e inhibición de la violencia , vendrá el cambio. El otro gran eje del cambio es la participación ciudadana de los que no están en situación de calle, pero que también tienen serios problemas hacia el no cumplimiento de la norma. Es además gente que no se involucra porque cree que el problema es de otro.

¿Cuál puede ser una forma de ayudarlos?

Lanzamos una Campaña en la búsqueda de 400 Inversores Sociales de $50 mensuales que tiene que ver con ese “hacerse cargo”. Entrando a www.eldesafio.org, en la opción “invertí ”, se puede ser Inversor Social por $50 por mes o monto superior, con débito automático. El trabajo de la ONG necesita un presupuesto de 1 millón de pesos anuales que están manejados con absoluta transparencia con sus balances publicados en la página web.

¿Cuál es su metodología de trabajo con los chicos?

El Desafío se encarga del desarrollo y capacitación de 180 chicos en situación de extrema vulnerabilidad. Trabajamos con un marco de excelencia increíble con los mejores programas, los mejores profesores, el mejor equipamiento, el mejor lugar. El espacio donde trabajamos es Disney. Nos manejamos con un facilitador, no hay maestro a la vieja usanza frente a clase, nos basamos en modelos de la educación nórdica. El año pasado la Universidad de Harvard nos eligió como la única organización en toda Latinoamérica para ser parte de un programa que desarrollan. Nos encontraron y nos eligieron. Vinieron una semana a Rosario a trabajar con nuestro equipo.

¿Abandonan los chicos tal como ocurre en las escuelas?

¿Abandonar? ¡Jamás! Han pasado por El Desafío 590 chicos a través de los años y, de los que ya estaban escolarizados ; el 100 % se mantuvo en la escuela, de los que no estaban escolarizados, el 78 % volvió a la escuela; el 84 % de los chicos desarrolló habilidades de resolución de conflictos; el 82 % desarrolló habilidades de comunicación afectiva. Contamos con un sistema de monitoreo que no lo tiene nadie. Monitoreamos a cada uno de los 180 chicos, de 7 a 18 años. Los evaluamos con un software especial y observamos el progreso de cada uno y el impacto concreto de nuestra acción. El otro eje del cambio es la comunidad.

¿Cómo trabajan con ella?

El Desafío cuenta con novedosos laboratorios para estudiar a la comunidad. Las “Mini Bibliotecas” son uno de ellos. Basada en la Teoría de la Ventana Rota de la Universidad de Standford en 1969, las Mini Bibliotecas públicas son espacios que buscan promover el sentido de comunidad. Gracias a la mini biblioteca pública la gente se paró adelante y comenzó a debatir: “Esto va a funcionar”, “No va a funcionar”, “La van a romper”, “Se van a robar los libros”, “Yo voy a traer otros”. Es gente que empezó a conectar con la persona que estaba al lado. La biblioteca fue un punto en común y se comenzó a generar sentido de comunidad. Hay 7 pero habrá 17 a fin de año. Están en parques públicos como el Urquiza, de las Colectividades, España, Moreno y Saavedra, Corrientes y Cerrito, y una en Funes. El Desafío le da a la comunidad una suerte de espejo para que se mire y resuelva ella misma qué hacer. Para la organización rosarino-holandesa la Mini Biblioteca es un laboratorio social que muestra el comportamiento, la reacción de la sociedad frente a los temas públicos. Así hay Mini Bibliotecas que funcionan bien recibiendo donaciones, con ciudadanos en situación de calle que regresan libros y hay algunos pocos casos de vandalismo, como el sufrido por la biblioteca de Moreno y el Río.

¿Qué sienten cuando alguna Mini Biblioteca sufre un hecho vandálico, o cuando ven que los libros no se regresan?

A nosotros no nos bajonea ni nos alientan los resultados, solo estudiamos la reacción de la sociedad y allí vemos cómo hay quienes criticaban la instalación de una biblioteca abierta las 24 horas, incluso pensando que es de la Municipalidad y otros que pensaban cómo reponer lo robado”. La Teoría de la Ventana Rota se basa en demostrar presencia, que nada está abandonado, es así como El Desafío tiene programado reponer, en 5 días, una Mini Biblioteca agredida. La Mini Biblioteca vuelve a la comunidad y su suerte dependerá de ella. Ese es el mensaje.

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