A la buena del clima…

La cosecha en nuestro país comienza con paso lento, dificultada por las lluvias, las cuales tienen en vilo los rendimientos que obtendrá el productor. Mientras tanto, Brasil también presenta dudas respecto a logística y siembra de la safrinha. Así, el factor de volatilidad en los precios es aportado solo por el clima sudamericano.

El año niño en Argentina puede llevar a dificultades logísticas y productivas en cosecha. Los maíces tempranos son prueba de ello, ya con el 48% de los mismos en condiciones de ser cosechados según la BCR, pero sin posibilidad de realmente trabajar en los campos por los excesos de agua en el suelo. Dichos lotes quedan expuestos a pérdidas de rinde y enfermedades.

Una situación opuesta se vive en las siembras tardías y de segunda, ya que las precipitaciones han resultado muy buenas para el desarrollo de los cultivos, siendo los campos donde se observan anegamientos los que dan lugar a dudas. Algo similar ocurre con la soja, ya que las precipitaciones han sido muy provechosas, con la excepción de los lotes donde el agua abunda en superficie. Afortunadamente, las precipitaciones de este fin de semana terminaron siendo menores a lo esperado en la zona núcleo, difiriendo potenciales excesos.

Las estimaciones de cosecha para maíz varían en 0.8M de toneladas según la fuente consultada, ya que la BCR informa 24.2M, mientras que la BCBA anuncia 25M. Por otro lado, en el caso de la soja, la diferencia es menor, ya que esperan 58,5M y 58M, respectivamente. Sin embargo, la noticia más llamativa de la semana fue la presentación que la firma Lanworth dio en la BCR, donde explicó que espera entre 63M y 64M de toneladas del poroto, mientras que no anunció guarismos para el maíz, aunque las expectativas parecían muy alentadoras. Si este fuera el caso, el aporte de las zonas por fuera del área núcleo, habría de ser significativo.
Aún con mucho camino de por medio, puede decirse que el estado del suelo sería muy bueno para la siembra de trigo y, con la apertura de los mercados para el cereal, sumado a los informes que indican dificultades para el trigo de los EE.UU., podríamos ver un año donde el potencial productivo argentino se muestre en plenitud, al menos en lo que a este cultivo respecta.

Cabe destacar que siendo el presente un año niño, las estadísticas indican que las lluvias continuarían durante buena parte de marzo y abril, implicando dos potenciales problemas: afecciones en las últimas etapas de desarrollo y dificultad a la hora de la cosecha. Así, a medida que nos acerquemos a abril, el precio disponible del poroto podría vivenciar un aumento de corto plazo, por la necesidad de los exportadores de hacerse de mercadería para embarcar. Sin embargo, los únicos beneficiados serían aquellos que si estén en condiciones de entregar los granos.

Por otro lado, con el rabillo del ojo, comienza a verse la siembra de EE.UU. El hemisferio norte está evaluando el panorama para la cosecha 16/17. Los primeros indicadores, como ser el Outlook Forum, anunciaron subas en el área de maíz y bajas en el de soja, ambos, de escaso impacto. Las épocas de siembra siempre son propensas a los rumores, y este año no es la excepción. La información más significativa habla de un año niña que dificulte el desarrollo de los cultivos en EE.UU. Si este fuera el caso, podríamos llegar a tener un repunte en los precios locales, entrado ya el segundo semestre del año.

El comportamiento de los precios, tanto para soja como para maíz, ha resultado relativamente estable en los valores actuales, aunque sin dudas el poroto se llevó la peor parte esta semana. Según la pizarra de la BCR, mientras que el maíz se mantuvo en la zona de los 2300$/tn, la soja que llegó a tocar 3700$/tn a mitad de semana, aunque los precios pagados el viernes retrocedieron hasta la zona de 3450$/tn. Dos factores atentan contra el precio de la soja: el desinterés de pagar cualquier sobreprecio por parte de los exportadores, consientes de la cercanía de la cosecha, y la importante baja en el tipo de cambio argentino, el cual retrocedió hasta los 15,20$/u$s, tras rondar los 15,90$/tn a principios de la semana pasada.

El maíz resulta el principal aliado del productor en este momento, con cotizaciones superiores al FAS teórico, que invitan a realizar ventas, a la vez que alivian las finanzas de corto plazo.

Con un mundo satisfecho a nivel de stocks, una producción de soja brasileña cerca de 100M de toneladas y la demanda comprando lo justo y necesario, son pocas motivaciones para subas de precio en el corto plazo, aunque vale destacar que la semana cerró con algunos aumentos en Chicago, apuntalado por buenos reportes de exportación en los EE.UU.

Mientras tanto, en el ámbito local, las cotizaciones de soja mayo rondan 212u$s/tn, que pesificados a tipo de cambio Rofex para dicho mes no superan los 3370$/tn. Como se indicó antes, solo un problema climático podría llevar a aumento del precio, y el principal afectado sería el productor sudamericano.

Frente a este escenario existe la posibilidad de vender la mercadería a fijar y descontar estos contratos para hacerse de efectivo, lo que es una herramienta sumamente útil para quienes necesitan liquidez pero esperan aumentos en las cotizaciones, tanto del poroto, como del tipo de cambio. A su vez, a esta estrategia podría sumarse un Put Noviembre 214 a 4u$s/tn, lo que aseguraría un nivel de ventas igual a los valores actuales y se diera el peor escenario.

Por otro lado, quienes se hagan de liquidez con maíz y/o soja y prefieran vender sin esperar subas en precios, existen posibilidades de inversión en pesos, como las Lebacs del Banco Central, como otras en dólares como los bonos dollar linked, que aseguran rentabilidades en ambas monedas y generan mejores retornos que el simple diferimiento de las ventas.

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