“Nunca había visto un caso como éste de corrupción explícita”

Mañana, a las 18.30 horas, el periodista de investigación Daniel Santoro presentará en Fundación Libertad su libro “La Ruta del Dinero K”. A modo de adelanto, Santoro –quien además es editor de Judiciales de Clarín- dialogó con A Fondo LT8, donde afirmó que en 30 años de profesión nunca se enfrentó a un caso de corrupción como éste. También aseveró que fue amenazado de muerte y consideró que Cristina Fernández será candidata a senadora el año que viene para lograr fueros. “Si aparecen más pruebas de la plata que tiene oculta, la cosa va a ser mucho más grave aún”, señaló Santoro.

Esta semana, La Ruta del Dinero K tuvo un capítulo nuevo, que va ampliando la historia, con el embargo de los millones de dólares a la hija de Cristina Fernández…
Sí, debería agregarle varios capítulos con López, Florencia Kirchner. Yo creo que quedó bien claro el viernes, como dice el fiscal, Gerardo Pollicita, que fue un intento de derecho de insolvencia fraudulenta, es decir, alguien que sabe que va a ser procesado y embargado pasarle los bienes a un familiar. Cuatro días antes de ser llamada a indagatoria por el juez Claudio Bonadío en el marco de la causa de Dólar Futuro, Cristina Fernández empezó a girarle plata a Florencia Kirchner. Los registros bancarios demuestran que esos movimientos no son como dice Cristina, que el 11 de diciembre decidió dolarizar sus depósitos por desconfianza al gobierno de Mauricio Macri, sino que fue una maniobra para despojarse de bienes ante la situación de Bonadío.

¿Argentina es un país en el que la realidad supera, casi siempre, a la ficción?
Sí, sin dudas… La repercusión internacional que tuvo la noticia de un ex secretario de Obras Públicas tirando bolsos en un convento de monjas de clausura fue enorme. Es un tema que no es para reírse, pero ante la situación que estamos viviendo, hay que tomárselo con solfa. Yo tengo 30 años de investigación periodística y nunca había visto un caso como éste que ya se podría llamar de corrupción explícita e infraganti, porque no hay forma de discutirlo o ponerlo en duda.

¿Cómo fue que la sociedad no se dio cuenta de todo esto o miró para otro lado, durante 12 años?
Yo creo que la sociedad vota con el bolsillo. Ya lo habíamos visto con Menem. En 1995, Carlos Menem fue reelecto con casi el 50% de los votos, pese que estaba el caso de la venta ilegal de drogas a Ecuador y Croacia; estaba el tema de la privatización de Aerolíneas. Pero como la economía marchaba bien, Menem era rubio y de ojos celestes. Y con Cristina Kirchner pasó algo igual en 2011; con el efecto viuda, además. Todas las balas le rebotaban. El caso del desvío de fondos públicos en Sueños Compartidos no tuvo un impacto como para que la gente se pusiera a pensar que las Madres de Plaza de Mayo estén investigadas, la hija de la presidenta se haya comprado departamentos y una camioneta con los fondos que tenía Sergio Schoklender.

¿Qué rol cumplió Carlos Zannini (secretario legal y técnico de la Presidencia de la Nación) en todo esto?
Zannini tuvo una injerencia política enorme dentro del gobierno de Cristina Kircher. Era mucho más que un secretario legal y técnico de la Presidencia, porque él estaba detrás de todas las grandes decisiones que tomó Cristina Kirchner. El único caso de corrupción que lo roza a él es la famosa llamada de su segundo, Carlos Liuzzi, que hace dos años lo llamó al juez Oyarbide. Estaba allanando una serie de cuevas financieras, que hacían maniobras evasivas cobrando cheques, acá en capital. Y Oyarbide ordenó parar el allanamiento, sorpresivamente, a la cueva Propyme, que dirige Guillermo Greppi y es uno de los financistas que ha ayudado a mover estos millones y millones de pesos. Lo raro que es que Zannini nunca lo echó a Liuzzi, pese a que tenía esta denuncia por obstaculizar a la Justicia. Después, la pelea con Milani en el Día de la Bandera, ahí en Rosario, donde el súper jefe del Ejército de Cristina Kirchner, y hombre que manejaba la inteligencia paralela de ella, discutió en el palco con Zannini y él fue quien tomó la decisión de sacar a Milani del juego.

El “blindaje judicial” que contás en el libro que construyó Cristina Fernández, ¿cuánto le duró? ¿Queda algo aún?
Le duró poco ese blindaje que supuso nombrar a Alejandra Gils Carbó como procuradora general de la Nación y a más de 30 jueces en lugares estratégicos, impulsar la creación de la agrupación Justicia Legítima, intentar la puesta en marcha del proceso de la democratización de la Justicia, que era politizar más el Consejo de la Magistratura, organismo que nombra y destituye jueces. Eso le duró poco, aunque todavía hay un resabio de eso que sigue funcionando. Y en términos políticos, Cristina dijo que ella tenía los fueros del pueblo, pero yo creo que está pensando seriamente a ser el año que viene candidata a senadora, porque, siguiendo este camino, va a tener una situación judicial muy complicada. Y si aparecen más pruebas de la plata que tiene oculta, la cosa va a ser mucho más grave aún.

¿Recibiste algún tipo de amenazas al escribir este libro?
No específicamente por el libro, sino por los temas que estábamos publicando en Clarín. Me llamaron a mi casa para insultarme y amenazarme de muerte. Pero el clima de hostigamiento que había de parte del gobierno de Cristina Kirchner hacia los periodistas, políticos opositores y jueces era una cosa de todos los días. Te insultaban y te denigraban apenas sacabas un tuit. El peor daño que ha hecho el Kirchnerismo es esto de romper con el clima de tolerancia en Argentina y creer que uno puede insultar al otro porque piensa distinto. Porque esto no existía.

¿Dónde imaginás a Cristina y a Máximo dentro de 10 años?
Yo creo que ella quiere ir por la Senaduría de Buenos Aires; es donde más votos podría conseguir. Ésa es la especulación política que están haciendo. Máximo va a seguir como diputado, pese a que nunca tuvo vocación política y siempre se dedicó a los negocios.

REDACCIÓN ON24

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