Cortes de luz: Los gastronómicos suman una nueva preocupación

Con el verano llegan los apagones y, con ellos, las pérdidas para algunos comercios de la ciudad

Con el comienzo del verano, los cortes de luz comenzaron a hacerse sentir en diferentes zonas de Rosario. Este domingo, algunas cuadras de Pichincha se vieron afectadas por la falta de suministro, lo cual afectó la actividad comercial de los locales gastronómicos del barrio. Según dijeron, “no sorprende”, pero temen que la situación empeore de cara a los próximos meses. Avenida Pellegrini, el otro corredor gastronómico local ya sufrió también sus propias complicaciones con la provisión de energía eléctrica: “La EPE es un poder recaudatorio, pero está lejos de ser una empresa que invierta en sí misma”, se quejaron. 

Según explicó Reinaldo Bacigalupo, vocero de Mercado Pichincha, el mayor perjuicio por los cortes energéticos es el lucro cesante. “Es muy raro que se tire mercadería por un corte de luz. Siempre hay un bar amigo que te la guarda o generadores para heladeras”, detalló. Por su parte, Leo Santero, titular de el Gran Chopp, comentó: “En 2018 perdimos unos 7 días de fin de semana de la temporada de verano, en horarios nocturnos de nueve a diez de la noche”. 

El empresario de Pellegrini apuntó que “los cableríos son viejos y se necesitan unidades transformadoras, pero pretenden que los negocios las paguen”. Mientras tanto, el de Pichincha comentó que un día de fin de semana sin trabajar puede implicar una pérdida de hasta 100 mil pesos, sin contar las propinas. 

Por otra parte, las consultas por generadores y grupos electrógenos se han disparado en los últimos meses. Sin embargo, los referentes del rubro dicen que la gran mayoría de los comercios apenas cuentan con aparatos con capacidad como para mantener funcionando sus heladeras. “Un equipo que permita mantener un local como El Gran Chop de Roca y Pellegrini tiene que ser de 75 u 80 kva. El precio está en el orden de los 25 mil dólares, algo que resulta prohibitivo”, dijo Santero. 

Sumando una arista más al problema, Bacigalupo expresó: “Lo que más molesta es que esto ocurre en los meses en los que más tenemos que trabajar. Más ahora, pensando em anticiparnos a una posible segunda ola del virus”. 

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