US$17.800 millones

Es lo que pierde el campo con las retenciones. Para el año pasado, ya hay bajas en la intención de siembra.

La vuelta de los derechos de exportación anunciados en pleno inicio de la campaña 2018/2019 y que finalizarán en diciembre de 2020, generará una pérdida en los próximos dos ciclos agrícolas en términos de valor bruto, valor agregado y exportaciones netas, de US$ 17.802 millones. Su efecto principal se notará el año próximo, con una baja en el área de siembra de 1,1 millones de hectáreas.

Los datos fueron consignados en un trabajo elaborado por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, que estimó caídas del valor bruto, valor agregado y exportaciones netas de u$s5.055 millones, u$s1.007 millones y u$s884 millones, respectivamente, para la campaña 2018/2019; y bajas de u$s7.676 millones, u$s1.755 millones y u$s1.355 millones en el periodo 2019/2020.

El impacto se verá reflejado principalmente en el PBI, que según la Bolsa y las proyecciones del FMI, registrará una caída del 0,2% para octubre de 2019, con una retracción de las exportaciones del 3 por ciento.

Sin embargo, en términos recaudatorios se calculó un aporte adicional producto de las retenciones de u$s1.991 millones en 2019 y de u$s2.201 millones en 2020. La mejora para el fisco en este último año será de 10,5 por ciento.

La disminución del área sembrada, estimada en 1,1 millones de hectáreas en el ciclo 2019/2020, representa una caída del 3,2% para todos los cultivos. El maíz sería el más perjudicado, con una baja del 5,3 por ciento.

Si se toma lo sembrado durante los gobiernos kirchneristas, con retenciones en alza y permisos de exportación (ROE), no se observan caídas sino, por el contrario, alzas constantes salvo en los años 2007/2008 y 2008/2009, durante el conflicto con el campo y el estallido de la burbuja financiera. El resto de los períodos aumentaron las hectáreas cultivadas, impulsadas por la soja.

La respuesta se puede encontrar en que el escenario actual responde a un movimiento constante del tipo de cambio, al que se suma una inflación en alza que impacta en los costos del campo, que están dolarizados.

Fuente: BAE

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