Una ley para fertilizar mas

Otra  conclusión que dejo el Congreso A Todo Trigo 2016, fue la necesidad de promover un mayor uso de fertilizante para crecer,  por medio de una ley que tiene media sanción de la HCDN, faltando la aprobación del Senado para poder incentivar el mayor uso en el actual ciclo productivo 2016-2017,  que permita  aumentar la producción de trigo de calidad en todo el territorio del país.

Aparte de estar cuestionada la calidad de los granos de los cultivos  por falta de uso de fertilizante entre otros insumos, en  nuestro país el balance final de los nutrientes en el suelo después de cada cultivo es siempre negativo. Concretamente, el promedio del uso de  fertilizantes  cubre  solamente el 25 % de lo que extraen , según investigaciones  del INTA.

Para que se  pueda dimensionar el significado de  este dato  quienes no conocen la actividad agropecuaria: es como si estuviéramos girando en descubierto en nuestra cuenta bancaria y reponemos solamente el 25% de lo girado todos los meses, hasta que un día el gerente nos avisa que no hay mas crédito. Esto es lo que viene pasando con la capacidad de producción de nuestras tierras,  si no cambiamos las políticas que impiden aplicar  tecnología imprescindible, para tener un sistema sustentable de producción de nuestras tierras.

La Fundación Producir Conservando proyecta para el 2025 una producción total para todos los granos de 145 millones de TT  en 42 millones de hectáreas,  proyectando que vamos a necesitar pasar de un consumo de fertilizantes hoy de 2.4  a 5 millones de TT para poder cumplir con esas metas.

El sector agropecuario invertiría para el ciclo 2016-2017 más de 14.000 millones de dólares para la siembra, que será la inversión más grande que se realizará en el país. En vez de despidos vamos aportar más y mejores trabajos, si se generaliza los incipientes procesos de transformación de la materia prima en sus lugares de producción, por medio de la competitiva y eficiente Agroindustria en el sustentable   desarrollo del país.

No podemos seguir priorizando las necesidades fiscales demorando un sistema  de producción y desarrollo a largo plazo, para poder atender la  gran demanda  de alimentos futuros.  Cuando la rentabilidad se achica no se usa los nutrientes necesarios y cae la producción. Cuando la rentabilidad no existe no se promueven  políticas y acciones para buscar los equilibrios mínimos necesarios para el desarrollo de la actividad.

Hoy los números son muy finitos en gran parte de las zonas productivas, agravadas  por la suba de los combustibles, especialmente en las zonas alejadas de los puertos y con 30% de retenciones en la soja, sin olvidarnos  de las zonas inundadas que es una discusión aparte.

En estos cálculos tienen mucho que ver los fletes y las consecuencia de las  políticas de fijación del precio de los combustibles heredados del kirchnerismo-peronismo, que van contra la posibilidad de incentivar  las producciones alejadas de los puertos y mercados. No puede ser que mientras baja el precio del petróleo en el mundo en nuestro país sube los precios de los combustibles. Mientras en EEUU el gasoil cuesta 0,56 de dólar, en Chile 0,63 sin tener petróleo y en la Argentina 1,34. Esto también hay que cambiarlo.

El equilibrio de los nutrientes de los suelos es para la sustentabilidad del sistema productivo, como el equilibrio fiscal es imprescindible para mantener estable la economía del país. La única diferencia es que para recuperar la productividad de nuestros suelos vamos a precisar muchos años,  mientras la economia se recuperará en pocos años,  en este país privilegiado por la naturaleza y la capacidad de nuestra agroindustria, para pegar un salto de productividad si es acompañada con políticas de Estado.

Hay que dejar de discutir las campañas pasadas y analizar  cuáles deben ser las políticas de estado para la futuras, para poder mejorar y hacer sostenible  la capacidad de producción de nuestros suelos en un sistema federal de gobierno.

Nadie mejor que las autoridades locales  y los dirigentes regionales para conocer las necesidades  de cada lugar. Nadie mejor que ellos para hacer una equitativa distribución de los ingresos en su comunidad,  sin corrupción y sin deformar las matrices productivas  de cada región, que permitan generar las acciones geopolíticas  necesarias que el país necesita.

Esta situación se  agrava en todas las zonas con menores capacidades productivas y que están más alejadas de los puertos, que les impide poder usar  las nuevas tecnologías y los insumos necesarios.  Justamente las nuevas fronteras agrícolas son las que más necesitan contar con el agregado de estos nutrientes, fundamentales para desarrollar un sistema productivo sustentable .

No es incompatibilidad el funcionamiento de un sistema productivo moderno de alta producción, con una buena rotación de cultivos y el cuidado del medio ambiente .  La teoría moderna sobre el uso del fertilizante  el objetivo principal son las necesidades del suelo y no del cultivo. Por eso, es fundamental que quienes exploten el predio, sepan que cuando se aplica un nutriente, los resultados del mismo no son solamente para ese cultivo que se está por implantar, sino que hay un valor residual para el próximo. Se necesita trabajar con un plan de buenas prácticas agrícolas que respalde todo las gestiones.

Quienes alquilan sus campos   deben establecer en forma voluntaria, mecanismos de arrendamiento a varios años, para potenciar las asociaciones  y los resultados promedio de todas  las partes, para permitir  la aplicación de los nutrientes que necesitan los  suelos.

Senadores y dirigentes tienen la palabra.  La media sanción del la HCDN tiene el apoyo casi mayoritario de las entidades de sector. Los datos que enumero son concretos de la realidad de nuestros suelos por lo tanto hay que actuar en consecuencia, si no quieren ser responsables de los graves problemas que vamos a tener en el futuro, con la exportación  de nutrientes  que salen en los buques por nuestros puertos.

No vendemos  soja solamente, estamos vendiendo un 75% de nuestros nutrientes de la tierra, porque el país resolvió con estas políticas hasta ahora, agotar la capacidad de producción  en pos de atender situaciones de coyuntura.

El  crecimiento de demanda de alimentos  por  mayor poder adquisitivo junto  al aumento  demográfico  mundial en los próximos años, solamente se va poder atender duplicando la productividad por hectárea porque no  hay mucha más tierra fértil  para crecer en superficie en el planeta. Este solo dato avala dicha afirmación.

La única forma de poder hacerlo por lo tanto, es con suelos fértiles  y conservados, para que con la aplicación de  nuevas  innovaciones y  las modernas  tecnologías que vayan surgiendo, se puedan cumplir con las metas y desafíos  que tiene nuestro  país de ser un abastecedor privilegiado de alimento al mundo en  los próximos años.

 

Autor: Arturo Navarro 

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