Riesgos para la sustentabilidad en la Cuenca del Salado

Desde hace décadas se propone que los productores ganaderos de la cuenca del Salado podrían lograr aumentar la producción de sus campos, tradicionalmente extensiva y de baja aplicación de agroquímicos, a base de fertilizar e introducir pastos exóticos, más productivos que las especies nativas. Sin embargo, estudios realizados por investigadores de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) en el marco de la red global de ensayos de fertilización en pastizales, The Nutrient Network (NutNet), demuestran que este manejo agronómico puede afectar gravemente la biodiversidad y la estabilidad de estos sistemas.

“Entre las recomendaciones actuales para aumentar la producción de carne en la cuenca del Salado está la de mejorar la oferta de forraje de calidad, tanto por la introducción de nuevos genotipos de pastos, como por el incremento de la disponibilidad de nutrientes por adición de fertilizantes. Nuestra experiencia en estos pastizales indica que un año de fertilización es suficiente para reducir la diversidad vegetal: se pierden cuatro especies por metro cuadrado. Las especies más afectadas son los pastos nativos, que constituyen el grupo más diverso del pastizal. Al perder diversidad, el ecosistema pierde su capacidad de resistir las fluctuaciones del clima de un año a otro”, le dijo Enrique Chaneton, profesor de la cátedra de Ecología de la FAUBA, al sitio de divulgación Sobre La Tierra (SLT).

Si bien el agregado de nutrientes al pastizal permitiría elevar la producción de carne, lo cual es un objetivo deseable, la contracara es que la fertilización promovería que las forrajeras exóticas (ya naturalizadas en la región) dominen el pastizal, con una pérdida inevitable de otras especies vegetales. “Las consecuencias para la sustentabilidad del ecosistema se verán a mediano y largo plazo —sostuvo el investigador—. Lo que nos asegura que un sistema perdure en el tiempo es que su composición de especies vegetales sea diversa. En particular, es deseable conservar las nativas, que son las mejor adaptadas a los vaivenes climáticos; en esta región, dichas oscilaciones van desde sequías severas hasta inundaciones prolongadas. Ya se demostró que la biodiversidad torna más estable el funcionamiento del ecosistema; esto permitiría ‘amortiguar’ las variaciones anuales de la producción de forraje y bajar el riesgo de pérdidas en la producción ante eventos climáticos extremos”.

Los resultados obtenidos por Chaneton y sus colaboradores concuerdan con los encontrados por NutNet, la red internacional de investigación en pastizales, liderada por Elizabeth Borer y Eric Seabloom, de la Universidad de Minnesota, EEUU. “Un resultado muy importante de la red, publicado recientemente en la revista Nature Communications, muestra que la aplicación de fertilizantes con nitrógeno (N) y fósforo (P) aumenta la cobertura de especies exóticas y conduce a la pérdida de diversidad y cobertura de nativas en pastizales de todo el mundo. La potencia de este resultado es indudable ya que abarca sistemas muy diferentes, bajo condiciones climáticas muy variadas. Nuestro experimento en la Depresión del Salado es un reflejo de lo que muestra la red entera, sólo que nosotros notamos esos efectos en un plazo de tiempo corto, mientras que NutNet ya puede mostrar los efectos de la fertilización a más largo plazo (siete años)”.

Los pastizales en la era de la globalización

NutNet es una red de colaboración internacional que nuclea el trabajo de científicos que estudian los pastizales en todo el mundo. A diferencia de otras redes de investigación, la NutNet está bien representada en cinco continentes, con casi 80 sitios de estudio en 20 países. En América del Sur hay siete sitios, de los cuales cinco están en la Argentina y cubren zonas tan distintas como la Región Pampeana, las estepas del sur de Santa Cruz y las semiáridas del norte de la Patagonia.

“La idea de la red es poner a prueba conceptos básicos de ecología de pastizales. La disponibilidad de nutrientes y la presencia de herbívoros son dos factores clave que controlan la estructura y el funcionamiento de estos sistemas. La intención es que los resultados obtenidos se puedan aplicar al manejo y conservación de pastizales. Estos ecosistemas son importantes ya que normalmente están afectados a la producción ganadera, y también proveen servicios menos tangibles como la regulación de la composición de gases de la atmósfera y el secuestro de carbono en el suelo”, señaló Enrique, quién también es Investigador Principal del Instituto de Investigaciones Ecológicas y Fisiológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA-CONICET).

En cuanto al funcionamiento de la red, Chaneton le contó a SLT: “Los equipos de investigación se suman en forma independiente; cada grupo gestiona su experimento con fondos aportados por subsidios de investigación competitivos. Por su parte, la red coordina a todos los equipos y asegura el acceso a una base de datos que incluye a todos los sitios. Cuando uno se suma a la red, acepta como condición aplicar un protocolo común, que incluye un diseño experimental simple y relativamente barato, y una forma estandarizada de obtener los datos de campo. En realidad, se trata de dos experimentos superpuestos. Uno estudia el efecto de la adición de distintos fertilizantes (N, P y potasio con micronutrientes), solos y en combinación y otro que estudia la interacción entre la fertilización y el pastoreo, ya sea por herbívoros silvestres como ciervos, guanacos, bisontes, cebras, alces, conejos o canguros, o por animales domésticos como vacas, ovejas y cabras. Una pregunta que nos interesa responder es bajo qué condiciones los herbívoros pueden ayudar a contrarrestar el impacto negativo de la fertilización y la invasión de plantas exóticas sobre la diversidad del pastizal”.

Presente y futuro

Desde la Ecología, Enrique nos cuenta sus preocupaciones sobre el estado actual de los pastizales del mundo, a la luz de los resultados de la red NutNet: “Los datos muestran que hoy es más probable que un pastizal en cualquier lugar del mundo esté dominado por plantas exóticas invasoras que por sus especies originales. Es decir que, actualmente, los pastizales del planeta son sistemas que ya están, en mayor o menor grado, modificados por la invasión de exóticas. En ese marco, la fertilización o un manejo inadecuado del pastoreo promueven el avance de las exóticas, que en condiciones de alta disponibilidad de nutrientes tienden a desplazar a las nativas. Esto ocurre porque muchas de esas invasoras exitosas son especies forrajeras o malezas adaptadas a crecer en ambientes fertilizados y pastoreados”.

En cuanto a los estudios que tienen previstos desarrollar de aquí en adelante, Chaneton explicó: “Entendemos que la pérdida de la vegetación original es un problema ecológico y productivo grave en la Depresión del Salado. Lo que no tenemos claro es si la pérdida de diversidad vegetal, particularmente la de pastos nativos sensibles al pastoreo se debe sólo al efecto del pastoreo selectivo o es un efecto colateral de la invasión de pastos exóticos, como el raigrás anual o la festuca alta. Este es uno de los temas que estamos estudiando junto con un grupo de docentes-investigadores de la FAUBA-CONICET, integrado por Pedro Tognetti (cátedra de Métodos Cuantitativos) y Laura Yahdjian y Pamela Graff (cátedra de Ecología). Queremos saber hasta qué punto la pérdida de especies del pastizal nativo, bajo distintos niveles de nutrientes se debe a la interacción entre el pastoreo selectivo y la competencia de las especies exóticas que fueron introducidas en el sistema. Paradójicamente, el manejo racional del pastoreo podría ser la clave para contener el avance de ciertas invasoras agresivas y así mantener la diversidad de pastos nativos.” (Pablo Roset – Fauba)

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