Diversos compradores comenzaron ofreciendo $ 3.300/ton, aunque una fábrica en San Lorenzo mejoró luego hasta $ 3.350/ton con descarga en los próximos días. Quienes tenían lotes de tamaño significativo exigían cifras todavía más elevadas. A diferencia de ruedas anteriores, prácticamente no se conocieron valores concretos en posiciones forward. Se negociaron unas 10.000 toneladas en el recinto.
En Rofex no se realizaron negocios en contratos con entrega cercana.
En el mercado de Chicago los futuros de soja finalizaron en baja, presionados por la débil demanda global y ante la caída de los contratos de harina, que llegaron a mínimos desde julio de 2010. El fortalecimiento del dólar frente al resto de las monedas y el avance de la cosecha sudamericana impactaron negativamente en el mercado.
Trigo
La semana comenzó con pocos cambios. Los compradores se focalizaron en el cereal condiciones Cámara y para entrega diferida. La exportación ofreció pagar u$s 143/ton por trigo con entrega en marzo, mejorando hasta u$s 145/ton en abril y u$s 148/ton en mayo. El volumen intercambiado fue bajo.
En Rofex se realizaron operaciones con entrega en febrero a u$s 133/ton.
En Chicago los futuros de trigo cerraron en alza, sostenidos por cobertura de posiciones vendidas de los fondos especulativos tras alcanzar mínimos de seis años en la rueda de ayer. Los productores norteamericanos han frenado el ritmo de ventas a la espera de una recuperación de los precios, lo que contribuye a dar firmeza al físico.
Maiz
En el segmento disponible los precios cayeron hasta $ 2.150/ton, aunque un comprador algo más necesitado evaluaba convalidar $ 2.200/ton con cupo para la descarga por un volumen limitado. En posiciones diferidas los precios también cayeron, ubicándose en u$s 151/ton desde marzo hasta mayo y u$s 145/ton entre junio y julio. Esta vez se estiman operaciones por 30.000 toneladas.
En Rofex no hubo operatoria con futuros de maíz.
En el mercado de Chicago los futuros de maíz ajustaron ligeramente en baja, afectados por el fortalecimiento del dólar, la caída del precio del petróleo y la mejora de las perspectivas productivas en Sudamérica. La llegada de los stocks de etanol a un máximo histórico ejerció presión adicional, generando expectativas de desaceleración en el ritmo de industrialización de cara a las próximas semanas.
