Del campo a China

Los planetas se alinearon para que el sorgo pueda recuperar su antiguo esplendor.

Las bondades del cultivo, los pronósticos climáticos, los precios internacionales y los problemas geopolíticos de las potencias parecen haberse alineado para que el sorgo tenga todas las chances de recuperar su antiguo esplendor y sea un muy buen negocio esta campaña. Tal es el resumen de la jornada virtual sobre las oportunidades que hoy se le abren al sorgo en China, realizada días pasados por las empresas Tobin Semillas y Gear SA.

Climáticamente, los pronósticos indican que estamos frente a un año Niña o neutro. Un problema para muchos cultivos pero no para el sorgo, que, según explicó el especialista Vicente Trucillo, es una planta C4 de origen tropical, por lo tanto, de muy buen comportamiento en estas situaciones: necesita 120 mm menos de agua que el maíz para lograr el mismo rendimiento; puede mantenerse en latencia y retener la floración ante sequía entre 20 a 30 días para esperar lluvias; y tiene raíces exploradoras que buscan agua en el suelo. Dado que dos tercios del país son zonas áridas o semiáridas, el sorgo ofrece mejor rentabilidad que el maíz en muchas regiones. Y en muy buenos ambientes, puede rendir de 15 a 19 toneladas por hectárea. No obstante, es muy importante el control de malezas y plagas para poder obtener la calidad requerida por China conforme al protocolo, lo cual es perfectamente factible haciendo las cosas bien.

En este sentido, la empresa Tobin presentó los híbridos adecuados para esa exportación: TOB 62 T y TOB 63 T, de ciclo mediano a largo, con tanino y recomendados para el centro, norte y litoral del país; TOB 53, un híbrido ciclo mediano a largo, sin tanino, para el centro del país, y el TOB 41 T, un híbrido de ciclo corto, con tanino, apto para siembra temprana en todo el país, incluyendo el sur, y siembra de segunda en el centro, litoral y norte del país.

En tanto, Juan Gear explicó que la Argentina tiene chances de volver a ser un gran productor de sorgo como lo fue en la década del ’80. Por un lado, la guerra entre China y Estados Unidos, que es el principal exportador del mundo, volvió a generar interés por el sorgo argentino, por otro, Australia, que es el otro gran proveedor de China, viene de dos años de sequías muy fuertes y no tiene stock para exportar, más allá de los problemas logísticos actuales que mantienen.

Tras una prueba en 2018 para testear la adecuación al protocolo, el año pasado la Argentina exportó 140.000 toneladas de sorgo a China, para consumo como forraje. Actualmente, se está buscando incluir además el uso para industrializar el alcohol, lo que sería muy importante pues se podría destinar a la elaboración del baijiu, un licor muy caro que consumen las clases media y alta chinas.

Por otra parte, mientras que el precio promedio del sorgo suele estar por debajo del maíz, desde agosto de 2019, cuando se realizaron las exportaciones de sorgo hacia China, la ecuación se invirtió, producto de ese mercado pujante, según explicó el consultor Leandro Pierbattisti, que colaboró en la organización de los congresos europeos de sorgo realizados, en Bucarest y Milán, en 2016 y 2018.

China importa hoy volúmenes consistentes de sorgo principalmente por tres razones. La primera tiene que ver con que las importaciones de este cultivo no están sujetas a cuotas, lo que resulta mucho más fácil para los importadores. La segunda reside en que el sorgo es no transgénico, lo que lo exceptúa de complejas regulaciones. La tercera es que China tiene un quinto de la población mundial y menos de un 10% de tierras cultivables: enfrentada a un proceso irreversible de urbanización y desertificación, necesita y seguirá necesitando maíz, soja, cebaba y sorgo para satisfacer su consumo doméstico.

En otras palabras, China es consciente de que necesita del mundo para alimentarse, y por ello necesita contar con el sorgo argentino, aparte del americano y del australiano. De esta manera, el sorgo argentino tiene todo un camino para recorrer en ese mercado, junto con el maíz, no de manera antagónica sino complementaria.

Para ello se necesita precio, suelen decir con toda razón los productores, y ya lo hay: es la primera vez en la historia que, a mitad de año, existen ofertas de futuro para el sorgo argentino, que llegó a estar 10 dólares por encima del maíz para abril de 2021. Es muy importante la posibilidad nueva de poder operar el mercado forward, donde ya se llevan vendidas alrededor de 100.000 toneladas con precio futuro abril/mayo de entre 135 y 140 dólares por tonelada. A la fecha, las declaraciones juradas totales de sorgo 2020 están en alrededor de 500.000 toneladas.

Como conclusión de la jornada, se plateó que si bien China es un socio comercial como cualquier otro, que exige una cierta relación precio/calidad, difiere un poco respecto de la manera en la que construye dicha relación: no piensa solo en el sorgo que está comprando ahora, sino el que va a comprar dentro de tres años. Si el conjunto de la cadena comercial es capaz de responder a estos plazos, habrá mercado chino para rato.

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