Una alternativa donde no se puede aplicar

Probó sembrar soja bajo el sistema de agroecología en 80 hectáreas. ¿Cómo le va?

Diego Álvarez es Ingeniero Agrónomo, Docente de la Facultad de Agronomía de la UBA, Asesor privado, Disertante en Congresos y productor. A raíz de las restricciones planteadas por la Justicia en Pergamino sobre prohibición de aplicaciones, probó con sembrar soja bajo agroecología en 80 has. El mismo Diego Alvarez que maneja un campo donde se siembra desde hace 20 años en siembra directa, con uso masivo de agroquímicos y donde, según el mismo; “actualmente es imposible encontrar una lombriz”.

“Yo creo que los dos extremos son malos. Tengo un lote donde hace casi 20 años se siembra soja y antes de sembrar la se aplica entre 5 y 6 activos diferentes. Y en ese suelo cavás con la pala y si querés buscar una lombriz… no la encontrás, es un suelo prácticamente inerte. Producto del monocultivo de soja, de la erosión hídrico, de la pérdida del horizonte A, más todos los activos que hemos aplicado en estos años. En el otro extremo tenemos una primera experiencia de siembra de soja bajo términos de agroecología donde rindió 17 quintales, un número del que nadie puede vivir”, afirma.

La decisión y la experiencia más allá del primer número: 

En setiembre del 2019 el Juzgado Federal Nº 2 de San Nicolás a cargo del juez Carlos Villafuerte Ruzzo dictó una resolución que prohibió las aplicaciones terrestres a más de mil metros y hasta 3.000 metros de zonas urbanas. Este fallo dejó inactivas casi 20.000 hs en la zona de Pergamino y fue el corolario, o primer round, de una disputa complicada entre lo urbano y lo rural. “Ante esta situación buscamos experimentar con agroecología en un lote de 80 hectáreas en la zona. Ya era octubre, cuando salió esta resolución, y por la fecha no pude hacer ensayos de parcelas y tuvimos que trabajar en un lote directamente. Para no marearme con las variables opté por los caminos más simples, Y si bien en un principio consideré la aplicación de Bio insumos lo cierto es que el fallo prohíba toda aplicación. O sea… no se puede aplicar nada a campo, ni químico, ni Bio, ni nada”.

“Las variables que consideramos fueron fecha de siembra, flujo de nacimiento de malezas y distanciamiento. Una soja con control mecánico y otra con menor distancia entre líneas para que cubra el suelo rápido y le gane la competencia a las malezas. Sembramos soja Intacta a una distancia de 21 centímetros, también probamos con labranza convencional y sembrar a 52 centímetros, para lo cual tuve que buscar maquinaria y escardillo. Y los resultados nos dieron 17 quintales por hectárea en el primer caso, un número del que nadie puede vivir, y ni pensar en alimentar al mundo”, cuenta.

Agroecología de primer año: 

“Este resultado fue agroecología de primer año. El año pasado hice una recorrida por la universidad y la Cátedra de agroecología de La Plata y también en el INTA Marcos Juárez donde están trabajando con agroecología, buscando la brecha entre el químico y el “cero químico”. Encontré de todo, algunos decían que la diferencia iba a ser del 5%, otros decían que iba a rendir un 20 o un 30% menos. Por eso es que empecé con mis propios datos y lo cierto es que todos aquellos que consulté hablan de que la experiencia agroecológica debe ser al menos por 5 años y que los resultados crecerán año a año”.

“La conclusión de  todo lo que vi es que hay un camino largo de aprendizaje que recorrer cuando se cambia el modo de producir, en cuanto a la organización, la gente, la maquinaria. Pero también es cierto que para este año ya tengo instalados los cultivos de cobertura (vicia y centeno), y ya aplicados algunos biológicos como trichoderma, solubilizadores de fósforo y de nutrientes, bacterias, etc.  La experiencia continúa, veremos los resultados en un segundo año”, concluye.

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