Ya no es solo una moda techie ni una herramienta exclusiva de los jóvenes hiperconectados. Las billeteras digitales se volvieron parte del día a día para millones de argentinos, desde adolescentes hasta adultos mayores. En cada grupo etario, la adopción tiene sus matices, pero una certeza se repite: el celular es ahora el nuevo “bolsillo” donde guardamos y movemos nuestro dinero.
“Hoy vemos un crecimiento sostenido en todas las edades. Los más jóvenes lo viven como algo natural, pero también estamos viendo cómo los adultos buscan soluciones simples y seguras para manejar sus finanzas. Las billeteras se transformaron en algo transversal”, comentan desde Vesseo, una de las plataformas más activas del ecosistema fintech local.
Un hábito, múltiples generaciones
- Centennials (18 a 25 años):
Nativos digitales, no conciben un pago que no sea con el celular. Usan billeteras para todo: desde dividir una cena con amigos hasta invertir en cripto. Valoran la agilidad, el diseño intuitivo y los beneficios exclusivos. Para ellos, una billetera digital no solo debe permitir pagar, sino también ahorrar, enviar dinero y acceder a recompensas personalizadas. - Millennials (26 a 40 años):
Los más atentos a las promociones, el cashback y los programas de fidelización. Ven a las billeteras como el “control remoto de sus finanzas”. Las usan para organizar gastos del hogar, cobrar trabajos freelance o automatizar pagos. La integración con otras funcionalidades como inversiones o suscripciones es clave para su preferencia. - Generación X (41 a 55 años):
Crecieron con billetes y tarjetas, pero se volcaron al mundo digital, sobre todo post pandemia. Usan billeteras para pagos puntuales, transferencias familiares o abonar servicios. Prefieren herramientas claras, confiables y con buena atención al cliente. La seguridad es su mayor prioridad, y muchas veces su entrada al ecosistema digital se da por recomendación de hijos o colegas. - Baby Boomers (55+):
Aunque llegaron más tarde, cada vez más adultos mayores se animan al mundo digital. Las billeteras les permiten pagar servicios, evitar filas o aprovechar descuentos sin moverse de casa. Eso sí: la experiencia debe ser amigable desde el principio. Cuando reciben ayuda y la primera experiencia es positiva, suelen convertirse en usuarios fieles.
En este nuevo escenario, la billetera digital ya no es solo una herramienta financiera: es un puente entre generaciones.
“Lo más interesante es ver que cada grupo etario se suma con motivaciones distintas: los jóvenes priorizan la velocidad y la experiencia integrada, mientras que los adultos valoran la practicidad y el control. Esa diversidad es la que está alimentando el crecimiento del sector”, concluyen desde Vesseo.