Alto, bajo o igual: ¿Cómo está el dólar respecto a 2001-2002?

El diagnóstico condiciona una recuperación vigorosa de la economía similar a la que se dio a partir del 2003.

La comparación del tipo de cambio actual con el de 2001-2002 depende del cristal con el que se lo mire. Una condición nada trivial si de ello depende el diagnóstico con el que se diseñarán las políticas para dejar atrás una caída de la economía similar a la de inicios del siglo 21 en la Argentina. 

Según el Instituto para el Desarrollo Social de la Argentina (IDESA), el punto de partida del diagnóstico es que la actual crisis, que se inició en el 2018 y tendría pico en el 2020, es similar a la crisis de la convertibilidad iniciada en 1998 y que estalló en el 2002. Y con este paralelismo, emerge la esperanza de que, pasada la pandemia, se darán las condiciones para una recuperación vigorosa de la economía similar a la que se dio a partir del 2003.

No obstante, si se observa la evolución del tipo de cambio real (tomando el valor del dólar oficial actualizado por la inflación doméstica y la de Estados Unidos), los números indican lo siguiente:

  • En el 2001 el valor del dólar era equivalente a $56 a precios actuales.
  • En el 2002 el dólar pasó a valer $126 a precios actuales.
  • Actualmente el valor del dólar oficial es de $72 y el paralelo cotiza en unos $140.

Con todo- según el informe de la entidad- “los datos muestran que la situación cambiaria actual es ambivalente”. Y explica: “Si se toma el tipo de cambio oficial, el país está más cerca del 2001 que del 2002. En cambio, si se observa el tipo de cambio paralelo, la situación se parece más al 2002”.  

La conclusión es que, “si se quiere recrear las ventajosas condiciones de tipo de cambio que se dieron en el 2002, todavía falta liberar el tipo de cambio oficial para que se ubique cerca del dólar paralelo. Es decir, el optimismo no tiene fundamento porque se está basando en un diagnóstico equivocado. Para repetir la experiencia que se inició en el 2003, todavía queda por transitar la traumática y costosa mega-devaluación del 2002.

De acuerdo con el instituto que dirige el economista Jorge Colina, un dólar alto –como el del 2002 o el paralelo actual– es el que permite licuar gasto público (generando superávit fiscal) y compensar a los sectores productivos por la enorme cantidad de sobrecostos espurios (generando superávit externo). Pero ese dólar muy alto que se necesita para lograr los equilibrios macroeconómicos produce caídas del salario real, las jubilaciones y aumento de la pobreza. En otras palabras, el equilibrio macroeconómico  demanda un dólar tan alto que destruye el tejido social”. 

CAMBIAR LA ESTRATEGIA

De acuerdo con IDESA, Para salir de esta encrucijada es necesario cambiar de estrategias y la pandemia es una oportunidad para hacerlo.

“Seguir sin abordar el ordenamiento del Estado es resignarse a la decadencia. Es seguir oscilando entre un dólar alto –que alivia a las empresas por las ineficiencias del Estado– o un dólar bajo –que alivia las tensiones sociales del empobrecimiento– (…) Para ello no hay que caer en el error de pensar que se puede repetir la recuperación del 2003 sin pasar por la traumática experiencia del 2002.

REDACCIÓN ON24
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