Charla íntima sobre Borges: un recorrido por la histórica muestra de manuscritos que acaba de desembarcar en Rosario

Mantuvimos un mano a mano con Marisa Galvagni, curadora de la muestra "Borges, libros y manuscritos de un argentino universal"

Ayer por la noche quedó inaugurada la muestra “Borges, libros y manuscritos de un argentino universal”, en el Edificio Faro (Mitre 170). Se trata de una exhibición de parte de la colección Roemmers Vaccaro, consistente en escritos de puño y letra del emblemático escritor argentino correspondientes al período que va de 1940 a los comienzos de los 50s. Estará disponible durante 10 días, hasta el 20 de mayo, de 16 a 20 hs. en el quinto piso de la torre.

La curación está a cargo de Marisa Galvagni, quien se prestó a un dialogo en el que repasó los aspectos más íntimos de la muestra y de su vínculo con el prolífico autor. “Soy de Buenos Aires, por lo que Borges es una parada obligatoria. Tuve algunos cursos sobre él en su casa, pero la realidad es que las primeras tertulias en las que hablé de él sucedieron en Resistencia, Chaco. Borges no solo trasciende fronteras nacionales, sino también las provinciales y despierta mucho interés entre estudiantes de Filosofía, además de Letras”, contó.

La muestra se circunscribe al que está considerado como uno de los períodos más prolíficos en cuanto a la creación literaria para el escritor. “En esta época, logró este formato de cuento borgeano tan particular y consagratorio. Realmente, una prosa única que tiene mucho de poesía. Inventa un estilo absolutamente único con una gran imaginación y la condensación de palabras justa”, explicó Galvagni.

En estos años, Borges publicó dos de sus obras máximas. Por un lado, Ficciones (1944), una recopilación de los libros El jardín de los senderos que se bifurcan (1941) y Artificios (1944). Por otro, El Aleph (1949), conformado por dieciocho relatos, entre los que se encuentran El inmortal, Emma Zunz, Deutsches Requiem, La espera y aquel que da nombre al libro.

Bajo los cristales protectores, descansan y son exhibidos por primera vez los añejos recortes manuscritos de algunas de estas obras, todos en diferentes tipos de papel y con caligrafía diminuta. “Escribía en cualquier situación. La musa inspiradora quizás le llegaba en el momento en que no tenía a mano el mejor papel y tenía que buscar papeles y recortes, lo cual se ve en estos originales”, comentó la curadora. Además, observó: “No solo llama la atención el tamaño de la caligrafía, sino la perfección de la escritura. El nivel de tachaduras y correcciones es mínimo. Él ya tenía gran parte de su obra pensada en su cabeza”.

Si bien había atravesado una operación, en la época abarcada por la exhibición, el escritor todavía tenía permitido leer y escribir. “Fue su período de máxima creación, en el cual él puede realmente encontrarse con el papel y la pluma y realmente leer lo que estaba creando, lo cual hizo que fuera consagratorio”, dijo Galvagni.

En lo que respecta a su fuero personal, en la muestra se puede acceder a narraciones que cuentan su crisis personal como escritor consagrado, aspirando a crear algo que estuviese a la altura de sí mismo. También pueden apreciarse algunos números de la revista Sur, fundada por Victoria Ocampo, en la que algunos textos vieron la luz por primera vez. Finalmente, si bien la política y el amor romántico no han sido grandes protagonistas de su obra, algunos podcasts accesibles para quienes asistan al quinto piso del edificio Faro abordan su interés por la guerra que se desarrollaba en Europa y la inspiración que resultó su amor no correspondido por Estela Canto, a quien dedicó El Aleph.

En su prosa se amalgaman temas que desnudan su lado más imaginativo e íntimo. Muchos resultan especialmente relevantes al día de hoy. Emma Zunz, con su determinada protagonista femenina y El Aleph, como premonición de la fuente de conocimiento inabarcable que hoy puede vislumbrarse en internet, son algunos ejemplos. “Emma Zunz tiene una cuestión fuerte de género, de las mujeres argentinas, con esa tragedia y la cuestión de valentía y coraje. Esa gesta, en la que ella estaba totalmente dispuesta a honrar la memoria de su padre, fue para mí algo muy fuerte. Lo increíble es que no queda en un cuento policial, sino que trasciende a un nivel colectivo. Las mujeres tenemos esa valentía que a mí me atraviesa”, subrayó la curadora.

Acerca de El Aleph, apreció: “En todo lo que tiene que ver con nuevas tecnologías y tendencias, se encuentra en este cuento una especie de premonición de que hay un punto en el cual uno tiene la capacidad de ver absolutamente todo. Es mágica la capacidad que tuvo este hombre para vislumbrarlo y, a su vez, transmitirlo de una manera tan poética y perfecta”.

A través de esta vigencia, Glavagni confía en que el autor pueda llegar al público joven. “La clave con Borges es no desalentarse. Creo que los jóvenes tienen la capacidad de perseverar, a pesar de las dificultades, y realmente creo que no hay un camino correcto o una regla. Borges es absolutamente asombroso en cada lectura que uno pueda hacer, así que aliento a que los jóvenes lo hagan y a que se interioricen en su obra. Él entendía que la realidad es mucho más que lo tangible y que con eso se puede crear un mundo mejor. Ojalá se sigan promoviendo estas charlas que quedaron guardadas en mi corazón y que hoy puedo manifestar en una muestra tan única y maravillosa”, concluyó.

POR EMMANUEL PAZ – REDACCIÓN ON24

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