Radiación ultravioleta y piel

Es necesario protegerse del sol no sólo en el verano. La Dra. María Alicia Savoré, Jefa del Servicio de Dermatología,  nos interioriza sobre la radiación ultravioleta y su impacto en la piel.

Durante los meses de verano aumentan las actividades al aire libre, nos gusta vernos bronceados porque culturalmente es sinónimo de belleza y salud y de esta manera exponemos la piel a las radiaciones solares.

El sol constituye la principal fuente de radiación ultravioleta, que según la longitud de onda se dividen en: RUVA, RUVB y RUVC.

El 5% de las radiaciones que llegan a la tierra son RUVB y el 95% restante son RUVA. Sin embargo, la RUVB es la responsable de la mayor parte de los daños biológicos ocasionados por el sol.

La RUVA es la de mayor longitud de onda (320 -400nm). Puede penetrar a las capas más profundas de la piel provocando un bronceado inmediato, envejecimiento cutáneo y aumento del riesgo de cáncer de piel. Su intensidad es igual durante todo el día y no es filtrada por la capa de ozono, por las nubes ni tampoco por los vidrios.

La RUVB cuya longitud de onda es de 280 a 320nm, su intensidad máxima ocurre entre las 10 y 16 horas y durante los meses de primavera y verano. Si bien la mayor parte de su radiación es absorbida por la atmósfera, ella no penetra más allá de las capas superficiales de la piel. Provoca un bronceado retardado, quemaduras solares, envejecimiento prematuro de la piel y alteraciones en el ADN de las células epidérmicas que predisponen al cáncer de piel.

RUVC (200 – 280nm), son las más nocivas, pero son filtradas por completo por la atmósfera.

Las RUV también pueden ser emitidas en forma artificial por fuentes eléctricas, incandescentes o fluorescentes que pueden ser utilizadas con fines terapéuticos (fototerapia, puvaterapia, fotodinamia, láser exímer, terapia UVB banda angosta) o en las camas solares.

Los efectos nocivos inmediatos son: quemaduras solares, bronceado, insolación y alteración del sistema inmunológico favoreciendo a las infecciones; mientras que los tardíos: fotoenvejecimiento por alteración de las fibras de colágeno y elastina, fotodermatosis, fotocarcinogénesis y alteraciones oculares como cataratas.

Las RUV tienen un efecto acumulativo y progresivo, que causa un daño irreversible en la piel. El 80% de la radiación solar que se recibe durante la vida acontece antes de los 18 años de vida por ello es importante proteger la piel desde la niñez, disfrutando en forma responsable de los beneficios del sol.

Fuente: Savoré María Alicia, Dermatología

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