¿Habrá que reservar para ir a la playa este verano?

Eso es exactamente lo que algunos amantes de la playa tendrán que hacer en España este verano, gracias a la crisis del coronavirus.

Canet d’en Berenguer, una ciudad mediterránea ubicada justo al norte de Valencia, solo permitirá 5.000 personas tomando el sol a diario en su playa local, cerca de la mitad del número habitual, para mantener el distanciamiento social.

Estos espacios deberán reservarse con anticipación a través de una aplicación de teléfono móvil.

“Este verano será muy diferente”, dijo Pere Joan Antoni Chordá, alcalde de la ciudad. “Habrá más espacio entre tu vecino. Como una playa de ‘clase ejecutiva’”.

Canet usará un patrón de cuadrícula para dividir su playa ancha y plana en secciones cuadradas, cada una separada por dos metros.

Las secciones se delinearán colocando una serie de redes en la arena que parecen enormes redes de portería de fútbol, para acomodar a grupos más grandes de bañistas.

Los visitantes de la playa podrán reservar una sesión para tomar el sol, ya sea por la mañana o por la tarde, pero no durante todo el día.

Según el alcalde, los bañistas pueden reservar cualquier área disponible, al igual que al momento de seleccionar asientos en línea de una sala de cine, y los horarios de llegada serán escalonados para evitar multitudes.

Control de multitudes en la playa

Una vez que llegan y confirman su reserva con el personal, los visitantes de la playa serán conducidos a su sección asignada.

Antoni considera que las reservas anticipadas y los tiempos de llegada escalonados son una medida esencial.

“No podría controlar el flujo de personas [sin las nuevas medidas]. Estarían todos juntos, contaminándose entre sí”, explica.

Canet d’en Berenguer no es la única ciudad española que opta por limitar el acceso a la playa este verano.

Esta representación muestra cómo las autoridades planean acordonar las zonas para mantener a las personas a una distancia segura entre sí.

En Galicia, en el Océano Atlántico, Sanxenxo solo permitirá la entrada de los que toman el sol por orden de llegada.

Sin embargo, el alcalde Telmo Martin dice que no le preocupa que se formen multitudes en los puntos de acceso a la playa.

“El turismo es el 80% de nuestra economía”, le comenta Martin a CNN. “Tenemos que encontrar soluciones para que nuestra gente se sienta segura, desde el punto de vista de la salud. Pido la responsabilidad de todos”.

Sanxenxo, situado a solo una hora en automóvil al norte de la frontera portuguesa, tiene como objetivo permitir un máximo del 75% de sus bañistas normales.

La ciudad, uno de los principales destinos turísticos del norte de España, también está optando por los patrones de cuadrícula de secciones para tomar el sol con al menos 1.5 metros entre ellos, en su playa principal.

Además, según Martin, se agregarán postes de madera con cuerdas unidas para formar cuadrados pequeños para unos pocos bañistas, o más grandes para un grupo más numeroso.

Los trabajadores de la ciudad deben controlar el acceso a la playa, acompañando a los bañistas a cada sección.

Sin embargo, los bañistas aquí ya no podrán ocupar un lugar todo el día simplemente dejando sus toallas sobre él.

Si se van a almorzar, pierden su lugar ante los demás, dice Martin.

Ambas ciudades planean limpiar las playas con más frecuencia que en veranos anteriores, con Canet levantando las gruesas redes de la arena cada mañana para dejar pasar las máquinas de limpieza.

En Sanxenxo, las máquinas de limpieza simplemente atravesarán las hileras de postes de madera, como un tractor a través de viñedos. Los baños públicos y las áreas de duchas también se desinfectarán regularmente.

Si bien ambas ciudades esperan abrir sus playas en junio, las fechas confirmadas dependerán en última instancia de la desescalada del estado de emergencia de España, que ha estado en vigencia desde el 14 de marzo.

El gobierno español acaba de comenzar a levantar lentamente las restricciones del estricto confinamiento, pero cualquier cambio adicional depende de las bajas tasas de infección en territorios específicos, que para  los funcionarios deben tener hospitales equipados y listos para manejar una potencial segunda ola de coronavirus.

“Es nuevo para todos nosotros”, afirma Martin, miembro del conservador Partido Popular, que ha sido alcalde de Sanxenxo durante un total de ocho años en dos períodos.

“La gente ya me dice que quiere aún más espacio en la playa”, dice Antoni Chordá de Canet, miembro del Partido Socialista que fue elegido alcalde hace solo ocho meses.

Canet ha presupuestado 500.000 euros (US$ 542.000) para su plan especial de playa este verano, mientras que Sanxenxo incluirá su plan especial dentro de su presupuesto de 3,5 millones de euros (US$ 3,8 millones) para actividades de verano, según los alcaldes.

Ambas ciudades tienen poblaciones permanentes pequeñas que se cuadruplican en el verano, cuando los residentes de medio tiempo acuden en masa a sus casas de vacaciones, y los turistas que pasan o se alojan en hoteles en la ciudad visitan las playas.

Con reservas o no, el verano en estas dos ciudades será una prueba de si los bañistas pueden permanecer en sus áreas asignadas, y en gran medida mantenerse separados de los demás, aseguran ambos alcaldes.

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