Para el agro mendocino, 2020 no fue un buen año

Fue mal en uvas, por una menor cosecha y bajos precios; y mejor en ciruelas y ajos, por una mejor cosecha, y precios que acompañaron. En exportaciones, en general se vendió mayor cantidad a menor precio.

Un reciente informe del IERAL de la Fundación Mediterránea dice que en uvas le jugó en contra los altos stocks de vinos, que redujo sus precios y consecuentemente también los de las uvas. En duraznos y peras, hubo mayores precios, compatible con la menor cosecha. En cambio, los mayores precios en ciruelas y ajos se explican por mayores precios pagados por Brasil.

Perspectivas 2021

Hay dos factores clave: las cosechas y los precios de exportaciones. Las primeras serán variadas (menos en uvas y ciruelas, y más en peras, y mucho más en duraznos). En precios, es posible una mejora.

Para el presente año, a nivel local se espera, entre otros cultivos, una mayor cosecha en duraznos y peras, y menos en uvas y ciruelas. ¿Contribuirá a una mejora en sus precios? Es posible en uvas, porque cambia la situación. Durante el año pasado hubo reducción de stocks (mayores ventas a bajos precios) y posiblemente la cosecha sea menor. Un indicio de esta nueva situación, la brinda el precio del vino de traslado, que ha venido aumentando por encima de la inflación en la segunda parte de 2020.

Ese precio es tomado como referencia para el de la uva en el periodo de cosecha. En frutas, la mayor cosecha de duraznos le jugará en contra de sus precios, y al contrario con ciruelas. También en contra le jugará un dólar oficial que se iría rezagando con respecto a la inflación.

Resumiendo, sigue siendo una situación heterógenea. En uva, menor cosecha y mejores precios, y posiblemente con una mejora en los ingresos de sus productores. A la inversa en duraznos. En productos más exportables como la ciruela seca y el ajo, estarán sujetos a los precios (por ahora bajos para el ajo) y al grado de rezago del dólar oficial con respecto a la inflación.

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