El mercado va a cambiar

“La realidad comercial y las exigencias después de esta etapa van a ser diferentes”, evaluó Ulises Forte, del IPCVA.

El IPCVA realizó su primer taller virtual, “Buenas prácticas en la industria alimenticia”, que tuvo como objetivo analizar las medidas que se tomaron dentro de la cadena productiva ante la pandemia de coronavirus.

El encuentro se llevó a cabo el pasado viernes 19 de junio y contó con la participación de más de 300 asistentes que lo siguieron en vivo a través de la plataforma Zoom.

Durante el encuentro se ratificó que la carne no transmite el Covid-19 y se analizaron las distintas medidas que puso en práctica la industria frigorífica ante la irrupción de la pandemia para garantizar la inocuidad del producto y la salud de los trabajadores.

La apertura estuvo a cargo de Ulises Forte, Presidente del IPCVA, quien aseguró que “todos sabemos que se vienen tiempos difíciles, que el mundo va a cambiar, que la realidad comercial y las exigencias después de esta etapa van a ser diferentes,por eso es imprescindible ir pensando a futuro cómo seguimos”.

La primera ponencia, sobre la perspectiva epidemiológica,estuvo a cargo del Dr. Omar Sued (médico infectólogo,titular de la Sociedad Argentina de Infectología e integrante del Comité de Expertos que asesora al Presidente de la Nación).

Después de comentar la situación general de la pandemia en la Argentina, el especialista se refirió específicamente a la industria frigorífica, indicando cuáles deben ser las medidas sanitarias para evitar la propagación del Covid-19.

En ese marco, aseguró que “hay que informarle a todas las personas sobre cómo cuidarse afuera de la planta: es importante que sepan que cuando usan el transporte público tienen que usar barbijo, que tienen que lavarse las manos o usar alcohol en gel al subir y al bajar del transporte por la posibilidad de contagiarse por tocar parte de barandas que estén contaminadas”.

Dentro de las plantas, según el especialista –después de que cada empleado informe al ingreso si tiene síntomas, si estuvo en contacto con personas de zonas de riesgo y le sea medida la temperatura-, se debe “mantener la distancia de dos metros y desinfectar permanentemente con lavandina. En general los frigoríficos utilizan mucha lavandina o sea que con eso estamos bien, mucho más frecuentemente los baños y los lugares donde haya mucha, donde se compartan equipos e utensilios”.

“En las plantas el barbijo debe ser de uso permanente, excepto obviamente cuando las personas comen, y por favor recordar siempre que no se puede tomar ni compartir mate (…) y por eso es crítico que pongan supervisores para que vigilen que las medidas sean apropiadas y se estén llevando a cabo”, agregó.

Según Sued, “el lavado de manos es preferible que sea con agua y con jabón líquido y no en pastilla porque se contaminan” y no se deben utilizar toallas de tela sino de papel. “El lavado de manos tiene que ser antes y después de ir al baño, antes y después de comer, después de sonarse la nariz, varias veces al día, y si no pueden lavarse, se debe usar el alcohol en gel”, remarcó.

Además, el especialista puntualizó algunas cosas que no deben hacerse en las plantas frigoríficas: “No hay que pensar que poner una cabina sanitizante o un túnel de desinfección va a facilitar las cosas” ni “hay ninguna evidencia de que las camas de ozono produzcan una pérdida de la viabilidad del virus”.

“Los empleados deben saber que en sus casas no pueden hacer reuniones de familiares, no pueden tomar mate con otras familias que no sean sus convivientes cercanos y tienen que limitar las salidas y que no sean necesarias porque estamos todos expuestos a mayor riesgo y a llevar ese virus dentro de la planta”, aseguró.

Ante la posible detección de un caso sospechoso, el infectólogo dijo que se deben activar todos los protocolos establecidos por las autoridades sanitarias “y lavar con lavandina todas las mesadas, todos los utensilios que tocó, todas las habitaciones donde se movió, los picaportes, el baño que utilizó”.

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