Dejen trabajar al campo argentino

El productor agrícola necesita reglas claras para seguir vendiendo lo que siembra y cosecha.

Los precios de los granos tuvieron una semana de saldo positivo, especialmente en EE.UU. por compras que se motivaron a partir de elementos positivos para los mismos.

El dato más importante es que en muchos países están comenzando a salir del confinamiento que se produjo a partir del coronavirus y comienza a despertar la demanda de algunos productos.

La situación de China es importante dado que su demanda es clave para el mercado de commodities agrícolas. El gobierno chino insto a las empresas que aumenten el abastecimiento de productos ante el riesgo que un rebote del virus cierre las fronteras de muchos países y tenga impacto mayor en la economía asiática que depende de la oferta externa para alimentar a gran parte de su población.

Es así que a partir de las indicaciones dadas están aumentando la demanda de importación de carnes y productos agrícolas, entre ellos la soja.

Con el regreso de China al mercado hubo negocios e compras de soja estadounidense y brasilera. El país asiático se abastece de la soja física en Brasil y realiza negocios mayormente de la cosecha 2020/21 con EE.UU.

Igualmente la relación con EE.UU. continua tensa por las declaraciones de Trump sobre distintos temas que afecta la relación con China que debería estar cumpliendo su compromiso de la Fase 1 del acuerdo comercial firmado en enero pasado.

La demanda también volvió a despertar para el maíz especialmente en EE.UU. con el aumento de la producción de en la últimas semanas aunque el consumo forrajeo está siendo afectado por el cierre de empresas procesadoras de carne.

A los datos de demanda, se le sumaron factores de oferta que ayudaron a los precios en el mercado de referencia de Chicago. La siembra de maíz y soja en EE.UU. la semana pasada se reportó por debajo de las esperadas por el mercado y el clima en las regiones productoras del Medio Oeste comienza a jugar un papel importante en el mercado.

Hubo algunas lluvias que dejaron más húmedo de lo esperado a los campos estadounidenses para avanzar la siembra y para los cultivos recién implantados.

Para el trigo el soporte también está en el clima, especialmente en países productoras del este de Europa donde los cultivos se reportan con problemas y hay proyecciones de menor producción en Rusia y Ucrania.

Así los precios de los grano están con volatilidad por factores relacionados a sus variables de oferta y demanda más allá de lo que sucede con la pandemia.

El productor local sigue trabajando

Con mejores precios externos que solo parcialmente se reflejan en el mercado local, el productor argentino sigue trabajando.

La cosecha de maíz y soja avanza con buen ritmo por el clima, mientras que comenzó la siembra de trigo en algunas zonas mientras que en otras la falta de humedad está retrasando la actividad en los campos.

Por otra parte, los precios se mantuvieron firmes con algunas mejoras en dólares por la suba externa y la demanda pero subiendo muy poco en pesos que no llega a compensar las bajas anteriores de precios como si sucedió el año pasado con una mayor devaluación.

El productor se encuentra con precios en pesos para cancelar deudas en dólares del ciclo pasado y de la próxima campaña que comenzó con la compra de insumos.

La compra de productos estuvo paralizada el viernes pasado por una disposición del Banco Central que restringe la operatoria de importadores, recordando que muchos de los insumos agrícolas se obtienen de la importación de los mismos.

El anuncio retiro del mercado a los oferentes en un momento clave para la compra de insumos, medida que se sumó a la limitación e acciones al crédito a los productores que tengan guardado trigo y soja como se determinó la semana anterior.

Los productos que el productor cosecha son todo para el productor, su fuente de ingreso, su resguardo económico-financiero, su fuente de financiación y su base para seguir produciendo.

Las recientes restricciones al sector es una forma de cortar su actividad productiva que tiene un importante riesgo productivo y de precios que asume cada vez que trabaja.

El productor agrícola, según un trabajo de CREA del año 2018, tiene entre un 54% y 72% de los costos en dólares para sembrar trigo, maíz, soja o girasol, que necesita de sus ingresos en dólares para seguir invirtiendo en el sector.

Las limitaciones no han más que afectar a la única actividad productiva que hoy genera ingresos de divisas.

El sector ya vendió casi un 14% más de la cosecha que el año pasado a la misma fecha. Hay que dejar que trabaje libremente par que se generen los frutos que tanto necesita el país.

Lo que viene…

El mercado de granos ya empieza a seguir lo que sucede con el clima en EE.UU. pero la demanda será clave para sostener los precios actuales ante una gran disponibilidad de stock presente de los principales granos.

La relación comercial entre EE.UU. y China para el mercado de soja es importante aunque lo que sucede en Brasil con la poca oferta disponible y la expansión del coronavirus puede ser una oportunidad para EE.UU. y Argentina.

En el mercado local, las variables económicas tienen más peso que los precios de los granos pero el productor no deja de producir e invertir a pesar de todo.

Otras variables a seguir son:

– Posición de los fondos especuladores

– El precio del petróleo

– Los cultivos de maíz y soja en EE.UU.

– Clima en regiones productoras del mundo

– Ventas de los productores locales

– Evolución del dólar

Autora: Lorena D’angelo. Analista de mercados. Consultora comercial

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