Buenas prácticas en fitosanitarios

La aplicación de un producto fitosanitario es considerada un técnica de muy alta precisión, por lo cual, es imprescindible que al momento de realizarla contemos con los conocimientos necesarios para poder llevarla a cabo de una manera eficiente y responsable. Así como existen muchísimos tipos de cultivos y formas de producción, también existen diferentes formas de aplicar los productos fitosanitarios.

Las pulverizadoras pueden clasificarse de acuerdo a su modo de funcionamiento y tipo de producto que expulsan en:

– Pulverizadores hidráulicos e hidroneumáticos (atomizadores)
– neumáticos (nebulizadores)
– espolvoreadores

En general las más utilizadas en nuestro país son las pulverizadoras hidráulicas, debido a que se utilizan en los cultivos extensivos; de mayor extensión en el país. Por otro lado, los pulverizadores hidroneumáticos son mayormente utilizados en cultivos frutales. Tanto en pulverizadores hidráulicos como hidroneumáticos, la pulverización se realiza mediante la generación de presión sobre el líquido a aplicar. En las primeras la presión es ejercida mediante una bomba. En el caso de las hidroneumáticas se suma además, una corriente de aire generada a través de un ventilador de flujo axial, ubicado en el extremo final de la máquina. El mismo permite un mejor movimiento del líquido. La presión ejercida sobre el líquido y el pequeño orificio de salida (boquilla), generan que el líquido sea expulsado en manera de pequeñas gotas, es por esto que se conocen también como atomizadores (similar a un perfume). Las diferentes graduaciones de presión permiten que puedan generarse diferentes tamaños de gota de acuerdo a la presión elegida. El uso de las pulverizadoras hidroneumáticas se realiza en cultivos arbustivos o de espaldera, ya que permite la aplicación hacia los costados y hacia arriba, así como mejora la penetración del líquido en el cultivo al generar una corriente de aire sobre él. Es por esto que son utilizados en cultivos frutales donde es necesario que el líquido penetre entre el follaje de los árboles.

En el caso de los pulverizadores neumáticos, los mismos se caracterizan por generar gotas muy finas, similares a la niebla. De allí que también son conocidos como nebulizadores. Las gotas son producidas sin la necesidad de utilización de boquillas ya que funcionan a través del choque de una corriente de aire a gran velocidad. Esta corriente es generada por un ventilador centrífugo que producen bajos caudales de aire a gran velocidad y moderada presión. A diferencia de los ventiladores axiales de los pulverizadores hidroneumáticos los cuales generan un caudal de aire elevado pero a baja velocidad y presión. La velocidad generada por los ventiladores centrífugos es generada mediante el estrechamiento del orificio de salida que permite que el líquido corra a mayor velocidad antes de ser expulsado. Este tipo de pulverizadores es también muy utilizado en montes frutales y para la aplicación de insecticidas por parte de Salud pública en parques y ciudades para el control del mosquito Aedes Aegypti, insecto transmisor de la enfermedad del Dengue, entre otras enfermedades.

En cuanto a los pulverizadores centrífugos, la fuerza utilizada es generada a través de un motor eléctrico o eólico que genera la fuerza centrífuga, depositando el líquido sobre ciertos discos que giran a gran velocidad generando así gotas más pequeñas cuanto mayor sea la velocidad de giro. Este sistema se emplea generalmente en tratamientos aéreos.

Por último, los espolvoreadores son máquinas utilizadas para productos formulados en forma de polvo. Mediante un ventilador se genera una corriente de aire que distribuye el polvo de forma medianamente homogénea en el cultivo. En general estas máquinas son utilizadas en zonas con escasez de agua y permiten una buena penetración en la masa vegetal, sin embargo, es importante tener en cuenta que, la homogeneidad en la aplicación, no será tan controlable como en los anteriores sistemas mencionados, dependiendo esto por la variación en la granulometría del producto fitosanitario formulado. Este tipo de aplicación también es muy utilizado por Salud Pública para el control de plagas urbanas.

Independientemente de cual sea la maquina utilizada es imprescindible que en todos los casos las mismas se encuentren correctamente calibradas y que su mantenimiento sea el adecuado, a fin de garantizar que las mismas funcionen de manera correcta. Quien se encuentre a cargo de la aplicación deberá no solo estar capacitado para poder manejar la máquina, sino también haber leído la etiqueta del producto a utilizar, con el objetivo de conocer el equipo de protección personal adecuado y tomar los recaudos que sean necesarios para garantizar que la aplicación se realice de manera eficiente sin generar daños ni a su salud ni al ambiente, protegiendo el cultivo pero también protegiendo el ambiente que lo rodea. (Fuente: Casafe)

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