73 millones de tns se despacharían desde Rosario

En su boletin informativo semanal, la Bolsa de Comercio de Rosario analiza el posible escenario futuro de aumento en las cargas a granel de granos, aceites y harina a despachar desde el Gran Rosario en los próximos años por el río Paraná. Desde la Bolsa de Comercio de Rosario se viene impulsando la adecuación y profundización a 38 pies de calado (más 2 de revancha) en el tramo Océano – Timbúes en el río Paraná. Estas obras podrían permitir lograr: 

a)una mayor sostenibilidad ambiental al aumentar la carga en los buques que ya ingresan al Gran Rosario;
b)una mejora en la seguridad de los buques al disminuir la cantidad de buques que operarán en este tramo; y 
c)menores congestiones futuras sobre la vía navegable. 
 
Estamos convencidos que las cargas en el Gran Rosario van aumentar en años futuros. Si no se realizan las obras de adecuación y dragado, se generará un aumento en la cantidad de buques necesarios para llevar dicha carga. En cambio, la profundización a 38 pies permitirá transportar esa mayor carga futura con una menor cantidad de buques. Esto implicará una menor congestión futura y mayor seguridad de la navegación en el tramo con otros importantes beneficios económicos.  
 
La profundización del río Paraná permitiría que los buques panamax o supramaxes que ingresan anualmente al Gran Rosario puedan cargar más mercadería, de manera tal que el aumento futuro en las exportaciones podría ser trasladado –aunque parcialmente- por los mismos buques que ingresan actualmente en el Gran Rosario.  
 
Partimos de proyectar la producción futura de granos a nivel nacional, como así también los despachos de exportación de granos, harinas y aceites que saldrán por el Gran Rosario. Parti-mos inicialmente del dato de la campaña 2012/2013 donde los embarques de granos, harinas y aceites desde el Gran Rosario ascendieron a 54,7 millones de toneladas (Ver cuadro N°1). 
 
Ese total estuvo compuesto por casi 50 millones de toneladas de despachos de granos, harinas y pellets y 4,7 millones de toneladas de aceites vegetales. Tengamos en cuenta que en dicha cifra se computa también la mercadería que llegó desde Paraguay y Bolivia y se despachó desde las terminales portuarias del Gran Rosario al exterior. 
 
Es importante tener presente que en la campaña 2012/2013, la producción conjunta de soja y girasol de Argentina alcanzó las 52,4 millones de toneladas. Esta producción se industrializó en su gran mayoría durante el año 2013. En la campaña 2013/2014, la producción nacional de soja y girasol subió a 55,4 millones de t. En el ciclo 2014/2015 se registró un record con 64,5 millones de toneladas. En 2015/2016 la producción habría llegado a 61.960.000 toneladas.
 
Argentina cuenta con un gran potencial productivo agrícola, sea a través de la elevación de sus rindes por unidad de superficie o por medio de la expansión del área bajo cultivo o por la concurrencia de ambos factores. 
 
 
Aunque el aumento del potencial de rendimiento es una de las formas de escalar en productividad, siempre existe la posibilidad de cerrar la brecha entre el rendimiento potencial (en este caso, el potencial limitado por la disponibilidad de agua) y el efectivamente logrado. El rendimiento potencial se basa en la explotación plena de las tecnologías que están disponibles para el productor en la actualidad. Por tal razón, la brecha en el rinde ha sido considerada como una proximidad de la producción real inexplotadai sobre la tierra bajo cultivo existente. Un reciente trabajoii calcula que la brecha de rinde en las siete campañas que fueron de 2005/06 a 2011/12 fue del 41% en trigo y maíz y del 32% en soja. Si bien la magnitud de la brecha varía ampliamente de campaña a campaña, el estudio concluye que, de haberse cerrado la grieta productiva, Argentina podría haber agregado un promedio anual de 7,4 Mt de soja, 5,2 Mt de trigo y 9,2 Mt de maíz sobre la misma superficie de tierra cultivada. Esta producción anual adicional de casi 22 Mt de granos, que podría haberse conseguido sin recurrir a la expansión de área, es claro indicio de las muchas variables sobre las cuales se puede trabajar para elevar el volumen de granos que se recolecta. Entre esas variables se encuentran las prácticas en fertilización, las mediciones de agua en suelo en época de siembra para un manejo más ajustado, el mayor y mejor uso de pronósticos climáticos, etc.   
 
Por otro lado, existe la posibilidad de aumentar la producción por anexión de superficie. En ese sentido, Argentina tiene potencial para la incorporación de tierras para la explotación agrícola, sumándolas a las 35 millones de hectáreas que hoy ya se cultivan. El Ingeniero Agrónomo Eduardo J. Trigoiii menciona que a partir de un trabajo del INTA se estima en 46 millones de hectáreas la superficie que abarcan los mejores suelos para la producción de cultivos anuales -clasificados como suelos I, II y III. Según el mismo autor, teniendo en cuenta el avance que permiten las tecnologías presentes al momento del estudio y determinadas restricciones, a esa superficie se le podrían sumar los suelos de clase IV y arribar a un área potencial de 54 M ha.
 
Hasta donde se conoce, no existe un trabajo de evaluación de aptitud agropecuaria de las tierras con alto nivel de desagregación para la Argentina en su totalidad; sólo trabajos –públicos y privados- de distintos niveles de detalle -regional o provincial. Ello se debe a la ingente cantidad de recursos necesarios para llevar a cabo esta tarea, que amerita un apoyo presupuestario sostenido en un tiempo prolongado. Si se tuviera en cuenta un área climática donde el límite estuviera dado por la región sub-húmeda, de acuerdo con el índice de aridez de Martone, e Índices de Productividad iguales o superiores a 40 (de acuerdo a los datos que arroja el Atlas de Suelos del INTA), la superficie disponible para agricultura estaría cercana a los 52 M ha. Esa misma lectura hecha para el NOA y el NEA, arrojaría que ambas regiones tienen un área agrícola potencial de aproximadamente 15 M ha. Si tuviéramos en cuenta un IP igual o superior a 50, el área para el conjunto del NOA y NEA sería de unos 10 M ha. De cualquier forma, esto ameritaría estudios más profundos para asegurar la sostenibilidad de la región. A la cifra mencionada habría que deducirle la superficie que actualmente se dedica a agricultura para verificar el potencial de incorporación de tierra bajo cultivo de esa región. El área agrícola del NOA y NEA ha crecido considerablemente en los últimos años. Pasó de poco más de 3 M ha a inicios de los 2000 a poco más de 6,1 M ha de cultivos extensivos a inicios de la presente década. 
 
Por otra parte, el Noreste y Noroeste argentino –de acuerdo con información del MINAGRO- llegó a superar los 16,5 Mt de producción de esos mismos cultivos extensivos. De llegar a cre-cer el área implantada, la producción incremental que podría registrar el NOA/NEA se orientaría mayormente a los mercados externos. Para su despacho, la salida natural son las terminales portuarias del Gran Rosario. En este sentido, la adecuación de la vía navegable en el tramo Océano – Timbúes, al igual que aquellas obras de infraestructura que faciliten el traslado interno de la mercadería a los puertos que se encuentran sobre la misma, podría tener un efecto indirecto favoreciendo la explotación agropecuaria en algunas de las áreas dentro del NOA y NEA. Por otra parte, ello contribuiría a abaratar los costos logísticos de salida al exterior. 
 
Sobre la base de estas apreciaciones y para poder proyectar escenarios futuros, adoptamos el supuesto que en la campaña 2019/2020 Argentina podría llegar a tener una producción conjunta de soja y girasol del orden de las 70,4 millones de toneladas (compuesta por 66,1 millones de toneladas de poroto de soja y 4,3 millones de toneladas de girasol (ver cuadro N°1). Esta producción es factible de alcanzarse debido a que en la campaña 2014/2015 Argentina tuvo un fuerte aumento en su producción y habría cosechado 3,1 millones de toneladas de semilla de girasol y 61,4 millones de toneladas de poroto de soja (lo que implica un total de 64,5 millones de t). La 2015/2016 se acercó a las 62 millones de toneladas. 
 
Una producción conjunta de 70,4 millones de toneladas (soja + girasol) en la futura campaña 2019/2020 implicaría tener un crecimiento de casi 8 millones de toneladas respecto del último ciclo 2015/2016. 
 
Sin dudas, con la nueva política agropecuaria implementada por el nuevo Gobierno Nacional que asumió en diciembre de 2015 (reducción gradual de retenciones en el complejo sojero, mejora en el tipo de cambio real, posible baja en la presión tributaria, cambios en el régimen de admisión temporaria en las importaciones de poroto de soja, etc.) la cifra de 70,4 millones de toneladas podría incrementarse a 75/80 millones de toneladas según estimaciones extra-oficiales. Por eso, hemos mantenido en esta hipótesis de trabajo la cifra de 70,4 millones de toneladas de producción nacional conjunta de soja y girasol para el 2019/2020. Además traba-jamos con la hipótesis de que la totalidad de esa producción adicional (8 Mt sobre la campaña 2015/2016) será molida en el complejo oleaginoso del Gran Rosario en los próximos años ya que existe una elevada capacidad ociosa en esa industria. En el caso de llegar a 75 millones de toneladas, las 5 millones de toneladas adicionales de soja y girasol podrían cargarse en las terminales portuarias de Quequén y Bahía Blanca. 
 
En nuestra estimación de las exportaciones desde el Gran Rosario para la campaña 2019/2020 hemos computado también los muy posibles aumentos en las exportaciones de maíz u otros granos (al margen de la soja y girasol); los cuales tienen perspectivas más firmes de crecer, particularmente el maíz, respecto de los niveles que se observan en la actualidad. 
 
Si se supone que una producción adicional de 8 millones de toneladas de soja y girasol (respecto de la 2015/2016) debería ser triturada en las fábricas aceiteras del Gran Rosario, en tal caso las exportaciones de granos y harinas/pellets que saldrían desde la zona pasarían de casi 50 millones de toneladas en el 2013 a 65,6 Mt en el 2019/2020 (Ver cuadro N° 1). En aceites, los despachos de exportación desde el Gran Rosario pasarían de 4,8 millones de toneladas en el 2013 a 7,1 millones de toneladas en el 2019/2020. Esto significa que dentro de 4 campañas estamos esperando que el total de despachos de exportación de granos, harinas y aceites desde el Gran Rosario podría pasar de 55,5 millones de tn a casi 73 millones. Creemos no estar sobreestimando las cifras expuestas en este trabajo. El futuro dirá si este ejercicio intelectual se confirma o sólo fue una buena y sana expresión de deseos.
 
Fuente: Bolsa de Comercio 
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