Argentina necesita más “gorilas” como Fundación Libertad

La institución rosarina pisa cada vez más fuerte a nivel nacional, regional e internacional con un poder de convocatoria y conciliación marcado, ni más ni menos, por las ideas, nunca por las agresiones.

Tirar una piedra o escribir un graffiti es más sencillo que defender una idea durante 34 años. Sin duda. Más aún en Argentina, donde la reina impunidad sobre quienes reinciden en el delito y en las contravenciones. Sin embargo, gorila es considerado quien responde en el plano de las ideas y nunca con violencia. Los otros “son” los “vivos” que “defienden” al pueblo en contra de “los poderosos” y del capital, como si en esa defensa el país haya encontrado la prosperidad en los últimos 40 años.

“La Fundación Libertad nació en marzo de 1988, en un contexto complicado, en el que hablar de las ideas liberales era verdaderamente un desafío casi imposible”, expresó el presidente de la institución local, Gerardo Bongiovanni, incasable militante y batallador de la república, la iniciativa privada, el Estado de Derecho y la libertad, valores irrisoriamente cuestionados, muchas veces, en Argentina.

Ya desde antes de su corte de cintas, entonces, la misión de Bongiovanni arrancaba perdiendo, al menos, uno a cero, partido en el que, con el correr de los años, se ampliaría la ventaja en favor de los “vivos”. De hecho, el dirigente rosarino recordó un lamentable episodio ocurrido en el año 2008, cuando la Fundación cumplía 20 años y a Rosario llegaba, en el día de su cumpleaños, el Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa: “El 28 de marzo de 2008, el ómnibus en el que viajaban Mario, Ricardo López Murphy y Sebastián Piñera fue casi incendiado por un grupo de forajidos, alentados por el gobierno de entonces”, rememoró.

Como aquella agresión, la Fundación ha sido víctima de otras tantas amenazas y vandalizaciones. “Estas cosas endurecen y ponen la piel a prueba de todo lo que pasa en Argentina”, remarcó Bongiovanni, quien, así como ha llegado a cosechar una amistad con Vargas Llosa, también ha traído a Rosario diez Premios Nobel más, hitos que seguramente sean inéditos no sólo para la ciudad, sino para el país y la región.

Las citas textuales del presidente de la Fundación corresponden al pasado lunes 9 de mayo, cuando Bongiovanni fue el encargado, una vez más, de abrir una nueva Cena Anual en Buenos Aires, la quinta edición de lo que ya se ha convertido en uno de los eventos más importantes del año, a juzgar por el poder de convocatoria que la entidad rosarina parece fortalecer con el paso del tiempo.

Personalidades como Vargas Llosa y los expresidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Uruguay, Julio María Sanguinetti, fueron los invitados de honor y compartieron panel ante más de 800 empresarios, dirigentes políticos de las primeras líneas, economistas e intelectuales, con fuerte presencia del interior del país pero también a nivel nacional. Solo por mencionar algunos: Alejandro Roemmers, Pierpaolo Barbieri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Ricardo López Murphy, José Luis Espert, Alfredo Cornejo, Juliana Awada, Mirtha Legrand, Elisa Carrió, Rodolfo Suárez, Juan José Sebreli, Marcos Aguinis, Gino Bogani, Roberto García Moritán, Carolina Ardohain, Cristiano Rattazzi, Maximiliano Guerra, Carlos Melconian, Alejandro Rozitchner, Nicolás Dujovne, Hernán Lacunza, Luis Juez, Eduardo Escasany, Jang Myung-soo, Jorge Faurie, Martín Lousteau, Guillermo Dietrich, Diana Mondino, Gabriel Martino, Adelmo Gabbi, Ceferino Reato, Sandra Pitta, Enrique Cristofani, Federico Braun.

Esta convocatoria, que comenzó en el año 2006 y se mantuvo por cuatro años consecutivos hasta que la pandemia obligó a suspenderla hasta el lunes pasado, no es casualidad. Se repitió -nombre más, nombre menos- en las cinco ediciones de la Cena Anual, simplemente porque en estos 34 años de vida, la Fundación Libertad ha sabido ser una plataforma potente de ideas, en la que el diálogo, el encuentro, la conciliación y las propuestas para salir de décadas de decadencia han sido el motor para que hoy la entidad siga más viva que nunca.

De hecho, varios los dirigentes políticos nombrados, Bullrich, Larreta, López Murphy, Espert y Cornejo, aprovecharon la ocasión del lunes para lanzar prácticamente su candidatura presidencial. Todo en un mismo escenario, en un mismo salón y sin murmullos ni silbidos. El clima de respeto en todos los eventos de la Fundación, en los que en Rosario siempre han participado también dirigentes peronistas y socialistas, ha sido una insignia.

Como si fuera poco, este martes, la institución dio otra muestra de que hay Fundación Libertad para rato, al inaugurar, después de 26 meses de obra, su emblemático Edificio FARO, en Rosario, con una muestra inédita de manuscritos y libros de Jorge Luis Borges, que fue subrayada por Vargas Llosa en un emotivo discurso que brindó en la apertura de la sede, como otra fuerte muestra que catapulta a la entidad local como símbolo de la pujanza, la perseverancia y la cultura.

Entonces, si desde el ojo de los “vivos”, que “discuten” desde la agresión, la violencia y la descalificación constante, es gorila una institución que se rige desde hace 34 años con el comportamiento y los valores mencionados -jamás respondiendo con una piedra-, sería contundente la conclusión de que Argentina necesita más gorilas como Fundación Libertad para salir adelante.

REDACCIÓN ON24

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