La reciente irrupción de DrVirtual, el servicio de telemedicina lanzado por Mercado Pago con un abono mensual de $4.990, abrió un intenso debate en el sistema de salud argentino. La propuesta incluye consultas clínicas ilimitadas, recetas electrónicas y turnos con psicólogos y nutricionistas, además de la posibilidad de compartir el servicio una vez al mes con otra persona.
En ese contexto, el portal ON24 consultó a sus lectores sobre las consultas médicas virtuales. El resultado reflejó una sociedad dividida: el 53% valoró la telemedicina como una “buena alternativa para resolver rápido”, destacando la comodidad y la inmediatez como factores clave. Por otro lado, un 47% expresó que prefiere la atención presencial porque considera riesgosa la virtual, dejando en claro que aún persiste una fuerte confianza en el contacto directo entre paciente y médico.
El dato no es menor: la diferencia de apenas seis puntos porcentuales muestra que, aunque la aceptación de la telemedicina crece, casi la mitad de la población todavía duda de su seguridad y eficacia. Este escenario sugiere que el avance de servicios como DrVirtual no solo dependerá de la tecnología y el precio accesible, sino también de cómo se logre transmitir confianza a los usuarios y articular con el sistema de salud tradicional.
En paralelo, la reacción del sector médico fue contundente. El Consejo Federal de Entidades Médicas Colegiadas (CONFEMECO) difundió un comunicado titulado “La salud no es un negocio”, en el que manifestó su rechazo categórico a la teleconsulta entendida como sustituto del acto médico presencial. La organización, que agrupa a colegios y consejos médicos de todo el país, advirtió sobre el riesgo de reducir la medicina a un servicio comercial y no a un vínculo humano.
