Nuevos caminos en biotecnología

Clonación, transferencia de genes en animales y producción de órganos en cerdos para trasplantes a humanos

El Laboratorio de Biotecnología Animal de la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA) fue uno de los responsables de obtener, a comienzos de la década de 2000, y por primera vez en América latina, vacas transgénicas capaces de producir hormonas de crecimiento humano y animal. Tiempo después, clonó con éxito los primeros equinos en la región. Y en los últimos tiempos, logró eliminar el gen de la vaca loca con una nueva tecnología (Crispr/Cas9) que posibilita cortar y pegar genes en el ADN como si se tratara de un procesador de texto. Actualmente, el equipo del laboratorio busca expandir las líneas de trabajo hacia los xenotrasplantes, es decir, órganos producidos en animales que podrían ser trasplantados a los seres humanos.

Recientemente, la FAUBA logró ampliar la superficie del Laboratorio de Biotecnología Animal como parte de las obras por la empresa AUSA asociadas a la construcción del túnel Cerati, en la Av. Beiró. Esta ampliación brindará las herramientas de trabajo que permitirán abordar nuevas líneas de investigación en biotecnología. Daniel Salamone, director del laboratorio, se refirió a los más de 90 m2 de extensión. “Este crecimiento nos da la comodidad y la infraestructura necesaria para continuar con el desarrollo nuestras investigaciones y pensar en desarrollar nuevas líneas”.

El grupo de trabajo del laboratorio, liderado por Salamone, quien también es investigador de Conicet, obtuvo reconocimientos notables a nivel internacional por sus estudios. Al respecto, señaló: “Esta inversión permite que los profesionales de este espacio laboral que actualmente están realizando el doctorado y posdoctorado se queden en el laboratorio y abran sus propias líneas de estudio”.

Clones y seres extraordinarios

El equipo de Salamone se destaca por estar a la vanguardia de temáticas muy novedosas. Los avances en las tecnologías genéticas se dan a pasos agigantados, lo cual permite pensar, y hasta concretar, individuos que hasta hace unos pocos años sólo existían en la literatura de ciencia ficción. “Con las herramientas disponibles podemos planificar y contribuir al aporte de órganos para trasplante, producir medicamentos en la leche de vacas y de ovinos, así como estudiar la reproducción en numerosas especies animales en peligro de extinción nunca antes imaginadas”, explicó el investigador.

Salamone, quien también es miembro de número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, se refirió a la actualidad de su grupo de estudios: “Este año ganamos un Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica para avanzar en el análisis de cerdos para realizar xenotransplantes, es decir, transplantar órganos y tejidos desde un animal donante a un ser humano receptor. Por otra parte, continuaremos avanzando en relación con un proyecto que compartimos con el Ecoparque (ex-Zoológico) de la Ciudad de Buenos Aires para conservar especies en peligro de extinción y en un proyecto de cooperación para realizar edición génica con la Universidad Maimónides y de reproducción equina (ICSI) con la UCA”.

Además, agregó: “Este es el último año de otro financiamiento en el que trabajamos sobre una nueva tecnología de clonación. Ahora, el laboratorio nos posibilita incrementar el número de cursos que dictamos y realizar una mayor transferencia de las tecnologías en las que nos especializamos hacia diferentes sectores. Sin duda, el perfeccionamiento en el uso de herramientas de edición génica es uno de los objetivos clave a alcanzar; contar con una infraestructura adecuada nos facilita notablemente nuestra labor”.

Recursos humanos

Salamone se refirió a la ampliación del laboratorio como un paso fundamental para retener a los profesionales: “Nuestro espacio de trabajo forma recursos humanos de primera línea. Un gran número de graduados se insertan en empresas o en otras instituciones. Consideramos que esto es positivo, pero también queremos generar condiciones para retener a aquellos estudiantes destacados”.

En este sentido, se refirió a la carrera de los jóvenes investigadores e investigadoras: “La única forma de que puedan quedarse es ofrecerles una atmósfera vibrante, instalaciones de excelencia y oportunidades para que desarrollen completamente su capacidad”.

El laboratorio se destaca por estar diseñado específicamente para trabajar en biotecnología de células sexuales y óvulos fecundados, en las primeras etapas de su desarrollo. “Ahora, los 17 integrantes del equipo tenemos un espacio de esterilización, uno de procesamiento de muestras, otros dos para realizar experimentos con gametas y embriones, y dos salas para micromanipulación. Con todo esto, veo un futuro muy alentador”, concluyó Salamone.

Comentarios