Muestra de Pinturas de Jorgela Argañaras

5 de Marzo Pasaje 865 - Humberto Primo 865 - Curador: Sergio Cruz. San Telmo. CABA

Loor a la pintura

Los fenómenos naturales confluyen en un prisma regular. Parcela, que tiene fronteras  astronómicas, requiere de la destreza del cuerpo y la respiración alveolar. Definición que animaliza el universo de la civilización pictórica de Jorgela Argañarás. Definición que alimenta la cultura de los citadinos que jamás penetraron un monte, o no bucearon el lecho de un río abrazando peces ámbares, o no conocen las piletas de La Lobería,  o nunca se helaron los huesos al viento atlántico. Jorgela es el olor de ese viento y es austral.  Se infiltra el paisaje en su paleta aguda.

Volver a los paisajes, la recidiva del continente romántico de nuestras ideas. Me escriben novedades de mi pueblo, y escribo este texto de otras geografías en otra geografía. Sabemos hacer el amor en los bañados del Litoral y extrañamos otros cuerpos. Jorgela me abraza y encuentro en este lenguaje la propensión muscular de su pintura. Su trabajo alimenta un repertorio que gravita en  la música de los escenarios más íntimos de escaleras que no llegan pero se elevan al son piranésico de la niñez en una casa natal. Demasiado para un solo sujeto. Casi nada para una pintora que en su facies trasluce la generosidad de todas sus palabras roncas que prefieren ser pronunciadas por la bonhomía de la experiencia.

Escribo estás rayas sin ver su obra, porque la tengo cargada a fuego un mi memoria enciclopédica de las imágenes que nunca se han ido. Para las dos y para su pintura, que se vuelve un sujeto más en nuestra amistad, hay dolor del agudo y prospectiva  eficiente.

Las zonas áridas, y las llanuras con suave pendiente al mar, instauran la paleta: zonas áridas y, en un ápice, alucinantes. Zonas áridas.

Debatimos. Debatimos.

Las fenotípias de su trabajo responden a un léxico indómito cargado de aliteraciones. Los jardines, los de antes, y los de los gajos de aquel antes, ofrecen pelucas de glicinas cerebrales que se organizan aureáticas.

El efecto marítimo acompaña el taller mediterráneo del artista.

Modos de habitar la pintura.

Trabajar con parches de topografías en una parcela cromática que no cabe en la superficie de un cuadro. Un cuadro es la placa de cultivo de un repertorio enorme. La obra de Jorgela calza en un cuadro, se comprime ahí la intensidad de una extensión loca y amorosa. Estos cuadros son el abrazo a su retentiva y a su paisaje.

Lila Siegrist

Concepción del Uruguay, 2019

 

Comentarios