Según entidades del complejo agroexportador, Macri entendió la distorsión impositiva planteada

Ahora, resta esperar correcciones. Hay optimismo desde Ciara y el CEC

El Presidente de la Nación, Mauricio Macri, encabezó ayer, la primera Mesa Nacional de Competitividad de la Soja, en Santa Fe, durante la cual altos funcionarios gubernamentales y las distintas entidades representativas de la cadena de la soja generaron una agenda estratégica de trabajo para lograr mejorar la competitividad del sector, que es el principal sector exportador del país, genera empleos por más de 300 mil personas y es la principal fuente de riqueza en varias provincias, y también se expusieron los obstáculos que ocasionan la pérdida de ingreso de divisas y, consecuentemente, de recaudación fiscal.

La denominada Mesa Nacional de Competitividad la Soja, que se efectuó en la planta de Renova, en Timbúes, Santa Fe, reunió a funcionarios del gabinete nacional como los ministros de Producción y Trabajo, Dante Sica, y el de Transporte, Guillermo Dietrich, y el secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, con las entidades más representativas de la cadena sojera como las cuatro entidades gremiales de productores (Sociedad Rural Argentina, CRA, Coninagro y Federación Agraria), las bolsas de Cereales de Buenos Aires y Córdoba, la Bolsa de Comercio de Rosario, ACSOJA (Asociación de la Cadena de la Soja), CIARA (Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina) y CEC (Centro de Exportadores de Cereales), CARBIO (Cámara de Biocombustibles), CPPC (Cámara de Puertos Privados Comerciales) y ASA (Asociación Semilleros Argentinos), la Federación de Acopiadores, MATBA (Mercado a Término de Buenos Aires), ROFEX (Mercado a Término de Rosario) y la Cámara de Aceites Vegetales de Córdoba.

Según el comunicado de CIARA y el CEC, el temario, desarrollado por solo 40 personas entre funcionarios y directivos empresarios, abordó quince temas, entre los que destacan los de productividad, mercado interno, mercado externo y logística.

Uno de los asuntos relevantes tratados consistió en analizar la situación de la industria de molienda de soja que, con una capacidad ociosa proyectada para este año del 46%, enfrenta fuertes caídas en el procesamiento debido a la primarización de exportaciones por mayores ventas de poroto de soja y por la mayor carga tributaria que castiga la industrialización en el país pero favorece la exportación de poroto de soja.

En ese sentido, surgió el compromiso del Gobierno de evaluar los impactos fiscales con los ministros correspondientes del gabinete nacional de reducir de $ 4 a $ 3 el adicional en los derechos de exportación que pesa sobre el aceite y la harina de soja solamente.

“Estamos entusiasmados con el hecho de que el Presidente de la Nación tomó nota del tema porque entiende que hay una distorsión impositiva y abrió la perspectiva de analizar con los ministros una solución que nos permita recuperar el espacio perdido en materia de exportación con valor agregado,” dijo Gustavo Idígoras, presidente de CIARA y CEC.  

Durante el encuentro, los portavoces sectoriales enfatizaron que, como consecuencia de la combinación de las medidas aplicadas, en la campaña que finaliza (2018/19) se calcula un menor ingreso de divisas de 1.600 millones de dólares por la menor exportación de aceite y harina de soja (éste último es el primer producto exportado por el país, que el año pasado posibilitó la venta al exterior por 9.197 millones de dólares, equivalentes a casi el 15% del total de las exportaciones de la Argentina), mientras que para la nueva compaña (2019/20) se proyectaba una reducción en el ingreso de divisas por 2.700 millones de dólares.

En el mes de diciembre pasado se exportaron 860 mil toneladas de soja mientras que en años anteriores solo se exportaba 36 mil toneladas.

Esta situación afecta también al mercado interno dado que la disminuida industrialización de la soja perjudica a los más de 77 mil productores que en todo el país cultivan la oleaginosa ya que provoca pérdida de precio (decrece el rol de la industria como el primer comprador de soja en la Argentina), también los expone a mayores exigencias de calidad en el grano por el principal importador (China), lo que no ocurre con la industria; y adicionalmente ya no pueden colocar el grano de soja fuera de la temporada de cosecha.

Con respecto a las obras de infraestructura relacionadas con el desarrollo del tren para traer soja del Noroeste argentino, se informó en la reunión que las inversiones privadas actuales ascienden a 90 millones de dólares y están destinadas a obras complementarias vinculadas con las que realiza el Estado nacional en torno del ferrocarril Belgrano Cargas.

En relación con al interés de China por importar harina de soja de la Argentina por primera vez en la historia, anunciada por el Presidente de la Nación, se evaluó realizar una nueva misión al país asiático para terminar de acceder a ese mercado y poder proveerles una parte de los 70 millones de toneladas de ese producto que importa por año. Esa perspectiva podría, asimismo, compensar el déficit comercial de 8 mil millones de dólares que hoy tiene la Argentina con China.

Además, el Presidente de la Nación se mostró entusiasmado con apoyar los esfuerzos por reafirmar la exportación de biodiésel a Europa y destrabar la pendiente con Estados Unidos.

El cónclave, primero en su tipo, se realizó en la planta de molienda más grande del mundo (con capacidad de procesamiento de 35 mil toneladas diarias de oleaginosas), de Renova que es compañía surgida de la asociación entre Vicentín, de capitales nacionales, y Glencore, multinacional con sede en Suiza considerada la principal empresa privada dedicada a la compraventa y producción de materias primas y alimentos del mundo.

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