“Si los políticos no robaran, podrían garantizar salud y educación”

Con el apoyo del Banco Provincia de Buenos Aires, disertó en Pergamino la Dra. Hilda Molina, reconocida neurocientífica cubana, quien abogó por desarrollar una sociedad basada en la aplicación de cuatro valores: familia, libertad, amor y servicio, según informó el Diario La Opinión de esa localidad.

“Los problemas económicos se pueden resolver, pero cuando una sociedad pierde sus valores y da paso a los antivalores es una situación difícil de resolver. Por eso, creo que la gente tiene que salvar su familia, tiene que luchar contra el odio, la venganza, la violencia; hay que enseñarle a las personas la dignidad que da el servicio, qué importante es aquel que sirve a los demás. Yo me aferré a estos valores y humildemente ayudo a las personas que luchan en contra de los antivalores instaurados en esta sociedad”, afirmó Molina en una entrevista con el medio citado y agregó: “La destrucción de la familia es el antivalor más dañino y esto genera una enfermedad social”.

La profesional cubana, que llegó a Argentina en 2009 tras una larga lucha contra el gobierno del reciente extinto Fidel Castro, que le obstruyó la salida del país y le impidió poder reunirse con su familia, había quebrado relaciones con el régimen en 1994. En la entrevista, recordó los motivos: “Mi proyecto de vida era ser médica para servir a aquellos que no podían pagar. Quería que me permitieran la apertura de un Centro Internacional de Restauración Neurológica, que logré crear en Cuba. No era del Gobierno, surgió gracias al aporte de neurocientíficos del mundo a pesar de que Cuba no tenía nexo con el mundo. Con mucho trabajo, me comuniqué con científicos del mundo que se enamoraron de mi proyecto que tenía como fin último ayudar a la gente de bajos recursos que tenían un problema neurológico. El propio Fidel Castro decidió que ese Centro, templo del humanitarismo y la ciencia, se dedicara exclusivamente a atender a extranjeros y así poder obtener una rentabilidad en dólares. Y hasta ahí llegué yo porque sentí que estaban profanando mi Centro y lo querían convertir en un negocio. Por eso decidí irme”.

“No soy anticastrista, no soy de la política, no soy anti nada, soy una mujer de la medicina que quiso ayudar pero me di cuenta que a mi país lo convirtieron en un laboratorio de experimentación social, política, económica y psicológica”, recalcó la doctora Molina.

Por último, Hilda Molina brindó un mensaje para los gobiernos de turno respecto a los servicios esenciales, como la educación y la salud, que deben garantizar. “Es inaceptable que cualquier gobierno no garantice un servicio de salud público, decoroso, científico y humanitario. Es también fundamental que quienes presten su servicio lo hagan con vocación. Lo mismo sucede con la educación. Es el gobierno el que debe garantizar el acceso a la educación pública decorosa y no politizada. Esto es una deuda pendiente de todo el mundo. Y estoy convencida de que si los políticos no robaran se podría garantizar la salud y la educación”.

Fuente: Diario La Opinión de Pergamino

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