El vermut dejó de ser una bebida nostálgica para convertirse en un fenómeno económico y cultural. Rosario no solo lo consume, también lo produce, lo investiga y lo celebra. Prueba de ello es la Fiesta del Vermut Rosarino, que tendrá lugar este domingo 25 de mayo, de 13 a 19, en el CEC (Paseo de las Artes y el Río), con una propuesta que reúne a 10 productores locales, 15 etiquetas y platos especialmente diseñados por reconocidas vermuterías y espacios gastronómicos.
La entrada cuesta $10.000 e incluye un vermut, un ecovaso reutilizable y stickers. Las entradas pueden adquirirse online y el evento promete una jornada que combina degustación, formación, intercambio entre emprendedores y una celebración abierta del auge que atraviesa la categoría.
Industria local en expansión
Participan proyectos como La Charla, Pocimario, Pichincha, Dosgen, Arrabal, Anatrone, Aguará, Vermut Quillá, Heredes Funes y el bar Belgrano, que también es elaborador. A su vez, los espacios gastronómicos y vermuterías Sódita, Salmuera, El Jardín, Focaccería Marzano y Belgrano ofrecerán platos pensados para maridar con las distintas etiquetas.
La programación incluye charlas y mesas de debate que permiten dimensionar la profesionalización del rubro. A las 14.30, tendrá lugar un panel sobre el rol de las mujeres en la industria del vermut y las bebidas, con Flor Cacciabue, Gise Jaime y Valeria Saavedra. A las 15.30, Matías Dana abordará los fundamentos del vermut y el papel social de las vermuterías.
Más tarde, a las 16.30, Matías Jurisich propondrá una mirada histórica y cultural con la charla: “Vermut, fernet y soda: la Santísima Trinidad Vermutera de los bodegones argentinos”. Finalmente, a las 17.30, el encuentro “El vermut nos une” recorrerá los proyectos rosarinos y su valor en la identidad local.
Economía de autor
La fiesta no solo responde a una tendencia de consumo sino que pone en escena una economía de pequeños y medianos elaboradores, con fuerte anclaje territorial, énfasis en la identidad y vínculos crecientes con el turismo y la gastronomía.
En Rosario, la irrupción del vermut artesanal ha generado un circuito propio, con etiquetas que combinan botánicos autóctonos, saberes de la coctelería y diseño de autor. En paralelo, se consolidan espacios dedicados exclusivamente al vermut como producto central, y la categoría gana lugar en barras, ferias y restaurantes.
Con el apoyo del ecosistema gastronómico y cultural, y el impulso de los consumidores, la movida vermutera rosarina ya no es una moda pasajera, sino una oportunidad concreta para el desarrollo económico local.