Un plan lechero en busca de un mercado transparente

La primer jornada del congreso de Confederaciones Rurales Argentinas dejó como conclusión que el diálogo entre el sector público y privado, las políticas agropecuarias a largo plazo y los mensajes concretos de previsibilidad hacia el sector productivo son algunas señales que deben darse para que las provincias puedan llegar a su potencial productivo y atravesar los problemas.

La mesa sobre políticas agropecuarias provinciales integrada por Julián María López, ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentos de la provincia de Córdoba, Carlos Alcides Fascendini, ministro de la Producción de la provincia de Santa Fe y Jorge Alberto Vara, ministro de Producción, Trabajo y Turismo de la provincia de Corrientes, mostró coincidencias entre los mismos integrantes y grandes desacuerdos con las políticas desarrolladas en el orden nacional por el Gobierno.

El ministro de la Producción de la provincia de Santa Fe Carlos Fascendini manifestó que “los productores pequeños son los que más sufren. En Santa Fe llevamos a cabo un plan lechero para buscar un mercado transparente de leche, con condiciones transparentes de comercialización. Es necesaria también una industria competitiva con alta tecnología, y en ese sentido trabajamos en conjunto con los gobiernos provinciales de Córdoba y Buenos Aires”.

En ese mismo sentido Julián María López, ministro de Agricultura, Ganadería y Alimentos de la provincia de Córdoba expresó que en su provincia “el productor lechero puede entender los vaivenes del comercio internacional de precios. Lo que no puede tolerar es la intervención del gobierno para pisarle los precios. El gran negocio de la exportación lo terminan haciendo algunos amigos”.

Por último el ministro de la Producción de la provincia de Santa Fe y Jorge Alberto Vara manifestó que su provincia “no vislumbra una solución” inmediata a la problemática que enfrentan la producción de arroz y de cítricos a partir de las “definiciones” que en materia política y económica que fueron planteadas por la administración de Cristina Fernández.

“El productor de arroz cascara recibía en el 2014 unos 2.100 pesos por tonelada en el inicio de la cosecha y hoy, al finalizar la cosecha arrocera, apenas, si lo vende, recibe unos 1.800 pesos, estos son unos 300 pesos menos con un aumento en los costos que ronda el 30 por ciento interanual”, explicó.

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