Un modelo argentino de exportación

Implementado por el INTA, junto al Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la Cancillería, ese programa cumplió 25 años en la Argentina y lleva una década en Haití, donde cuenta con más de 21 mil huertas, 5.200 granjas, 1.500 promotores y beneficia a más de 140 mil huerteros familiares.

Asimismo, el informe indicó que “el 86 por ciento de las familias dispone de mayor variedad y cantidad de alimentos, por lo que disminuyeron las compras en los mercados y aumentó su autonomía. En consecuencia, el gasto se redujo y pasó, de dos tercios del ingreso mensual promedio, a uno”.

Para Liliana Paredes de Periotti –subsecretaria de Políticas Alimentarias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación–, el éxito del programa en el país caribeño surge como resultado del vínculo del poder transmitir herramientas que se apropien en el territorio y que se revaloricen en su espacio.

“El programa Prohuerta –detalló la subsecretaria– es un claro ejemplo de dar oportunidades para garantizar la seguridad alimentaria y la soberanía, entendiéndolo como un espacio propio de cada habitante, que también permite revalorizar su historia y trayectoria cultural a fin de arraigar aún más las familias”.

“Como promotora del Prohuerta en Santa Cruz desde 1994, siento una enorme satisfacción y orgullo”, aseguró Periotti quien, a lo largo de su carrera, transitó un camino de aprendizaje y toma de decisiones que la colocan entre “los artífices de esta transformación”.

Por su parte el presidente del INTA, Francisco Anglesio, coincidió con la subsecretaria y agregó: “La agricultura familiar es un sector priorizado en la política institucional del INTA. Ellos son los garantes de la soberanía alimentaria y, de hecho, producen el 65 por ciento de los alimentos que se consumen en la Argentina”.

“Estas son verdaderas políticas públicas que profundizan un modelo inclusivo que abre el acceso a mejores condiciones de vida y de producción”, afirmó Anglesio, quien firmó un acuerdo que amplía la cooperación nacional del programa en Haití hasta el año 2016.

Además, ese proyecto incorporó a la Unasur, que aportará U$S 3 millones, una suma que servirá permitirá duplicar el alcance y llegar a 37.325 familias, es decir, más de 220 mil personas.

Por su parte, Verónica Piñero –coordinadora nacional del programa Prohuerta del INTA– ponderó la gestión y el fortalecimiento de la versión haitiana del Programa: “Desde hace una década promovemos la seguridad alimentaria de la población mediante la autoproducción de alimentos en huertas orgánicas”.

Asimismo, destacó la importancia del enfoque de redes y la articulación con el gobierno de Haití por “generar esquemas de Cooperación Sur-Sur y Triangular que resultan clave para la ampliación del Proyecto”.

“Es un círculo virtuoso”, subrayó Piñero. “El INTA y el Ministerio de Desarrollo Social aportan los técnicos que capacitan a los promotores haitianos –provistos por una red de asociaciones y organizaciones del país caribeño– quienes, a su vez, asisten a las familias para la realización de las huertas”.

Detalles de un programa exitoso

La encuesta enfatizó en que “más del 90 por ciento de las familias participantes del programa consumen lo producido en sus huertas” y aclara que, antes, esta proporción era sólo del 20 por ciento. Según estadísticas de Haití, ese país importa más del 50 por ciento de los alimentos que consume, lo que genera una situación de inseguridad alimentaria muy grave.

A su vez, el 67 por ciento de los haitianos señalaron que su salud mejoró, como así también sus vínculos comunitarios y familiares. En este sentido, se percibió que la nueva dieta cubre la mitad de los requerimientos nutricionales de vitamina C, un tercio de los de vitamina B6 y la cuarta parte de los de vitamina A y Folatos.

El documento también afirmó que las familias involucradas en el programa personas “aumentaron la diversidad de la dieta, con un régimen más equilibrado y de mayor frecuencia de consumo de carnes, frutas, hortalizas y leche”.

En consecuencia, las familias haitianas –según la encuesta– expresaron su deseo de que el proyecto continúe, al tiempo que solicitan una mayor integralidad en las actividades de apoyo a la producción familiar, como la incorporación de otros rubros agrícolas y pecuarios.

Una década de beneficios

Luego de 10 años de conducir el Prohuerta en Haití, el INTA –junto con el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y la Cancillería argentina– asegura la presencia en terreno de técnicos argentinos expertos en el desarrollo de huertas, educación alimentaria, producción de semillas, gestión y acceso al agua, fabricación de herramientas de trabajo.

En la actualidad, el programa ya produjo localmente más de 6 toneladas de semillas de diversas especies y llega a más de 22 mil hogares haitianos, que representan unas 140 mil personas distribuidas en diez departamentos. Además, integra una red con más de 1.500 promotores y unas 600 organizaciones locales motivados y comprometidos con el desarrollo de su país.

Además, como parte de la cooperación, se realizaron más de 380 módulos de captación de agua, se construyeron 110 pozos calzados de uso comunitario y existe un proyecto de captación de agua de una vertiente.

En este contexto, la Argentina asegura la provisión de semillas orgánicas mediante un banco argentino de variedades de hortalizas y legumbres: acelga, albahaca, arvejas, berenjena, brócoli, calabaza, cebolla, coliflor, lechuga, maíz, melón, zanahoria y zapallo, entre otras. Asimismo, brinda insumos como herramientas, cisternas y alimentos para aves.

A grandes males, grandes remedios

Tal como lo sostiene el refrán, a grandes males, grandes remedios. Así es que, como consecuencia del paso de los devastadores huracanes Gustav e Ike en 2009,  el trabajo de organizaciones, promotores, técnicos y familias permitió recuperar, e incluso aumentar, la cantidad de huertas existentes –pasó de 4 mil a 11 mil–.

Luego, con el terremoto de 2010 –que afectó la ciudad de Puerto Príncipe– la población se desplazó hacia las zonas de intervención del Programa, especialmente hacia las ciudades de Artibonite y del Centro. Como plan de contingencia, la Argentina reforzó la provisión de semillas con un cargamento de más de 40 toneladas para atender las necesidades de los evacuados. (INTA)

 

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