Se impone un nuevo paradigma conceptual

“No existen soluciones simples para problemas complejos” advierten los expertos sobre los inconvenientes con plagas y malezas.

La primera Jornada Agrícola CREA de Plagas y Malezas desarrollada el miércoles 25 de septiembre en su sede de Buenos Aires convocó a productores, técnicos y referentes empresarios en un evento que fue transmitido en vivo a través del sitio web de la institución.

En línea con las distintas acciones que se realizan para mejorar la productividad y el resultado de los cultivos agrícolas, se presentaron resultados y aprendizajes de los proyectos Plagas y Malezas en las regiones CREA.

Necesidad de acciones colectivas

En una agricultura de corte netamente tecnológico, el foco está depositado en la corrección de los problemas y no en su prevención. En una agricultura sostenible, en cambio, la tecnología constituye una herramienta que permite manejar con arte y ciencia la complejidad de los sistemas.

Así lo indicó Emilio Satorre, Coordinador Académico del Área de Agricultura de la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA y profesor titular de la Cátedra de Cerealicultura de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba).

Satorre explicó que en los últimos años se registran evidencias crecientes de un deterioro de los sistemas productivos, tanto en términos físicos como bióticos. Los problemas con malezas y plagas son un claro indicio de ese fenómeno.

“Los procesos a partir de los cuales se generan los problemas complejos que debemos afrontar tienen interacciones múltiples que son muy difíciles de prever en cuanto a sus resultados. Los problemas complejos deben buscar soluciones que sean tan dinámicas como los factores que les dieron origen; en ese sentido, los proyectos CREA no tratan de buscar soluciones a los problemas, sino de generar respuestas que permitan desarrollar hipótesis y teorías que puedan, eventualmente, transformarse en soluciones efectivas”, señaló.

Satorre indicó que el empleo de enfoques exclusivamente tecnológicos para abordar problemas complejos –como es el caso de las malezas resistentes a diversos principios activos– pueden terminar generando problemas aún peores.

“Gran parte del conocimiento científico es promovido por el desarrollo tecnológico, por lo que la ciencia, en ese caso, podría terminar reforzando el enfoque tecnológico del actual sistema productivo. Las tecnologías simples por lo general no encuentran soluciones a problemas complejos y las aproximaciones que tratan de ser integradoras suelen ser meros discursos”, advirtió. “Por eso, los proyectos CREA tienen mucho que ver con tomar distancia del problema para evaluar alternativas, creando enfoques emergentes”, aseguró.

Satorre señaló que los problemas presentes en los sistemas agrícolas están dejando de entenderse exclusivamente como insumo-dependientes para ser concebidos como el resultado de procesos que es necesario entender para abordar cambios estructurales orientados a evitar la aparición de tales problemas.

“En sistemas sostenibles, la tecnología debe volver a ser una herramienta para gestionar la complejidad presente en los sistemas. Para eso tenemos que construir lazos muy fuertes entre el desarrollo de la tecnología, el conocimiento de los investigadores científicos y la experiencia de los técnicos”, concluyó.

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