Producir más y mejores alimentos será el gran desafío

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el rápido y constante aumento de la población y la disminución de la productividad agrícola en términos de productividad per cápita, están provocando que el mundo se encamine hacia una crisis alimentaria.

Este contexto de crecimiento demográfico, urbanización, distribución desigual de tierras y empobrecimiento de agricultores contribuye a reducir la producción tradicional en zonas críticas. De hecho, casi mil millones de personas padecen de malnutrición y 400 millones están crónicamente malnutridas.

El crecimiento demográfico se concentra en el mundo en desarrollo, donde tienen lugar más del 90 por ciento de todos los nacimientos. En los próximos diez años, la población del mundo industrializado crecerá sólo en 56 millones de personas, mientras que la población de los países en desarrollo aumentará en más de 900 millones. Sea cual fuere el tipo de tecnología, el nivel de consumo o desperdicio, el nivel de pobreza o desigualdad, cuantas más personas haya, mayores serán los efectos en el medio ambiente y, a su vez, en la producción de alimentos.

Producir más y mejores alimentos será el gran desafío. No es posible la producción agrícola sin productos para la protección de los cultivos y es por ello que para producir más en menos superficie es necesario aumentar el rendimiento por hectárea y esto sólo se logra aplicando tecnología. Los fitosanitarios son productos para el cuidado y la protección de los alimentos. Ayudan a producir más y mejores alimentos durante todo el año y son indispensables para que los cultivos estén libres de plagas y sean sanos para el consumo humano. Sin estos productos, los cultivos estarían llenos de insectos y bacterias. Además, proveen nutrientes para los vegetales en suelos deficitarios, y/o mejoran el crecimiento y desarrollo de los cultivos.

Es importante destacar que el uso de la tecnología y las buenas prácticas agrícolas ofrece a los productores mayor eficiencia, mejor rentabilidad, y la disminución de las posibilidades de pérdida de cosechas. Sin productos para la protección de cultivos, la producción mundial de frutas y vegetales, forrajes y fibras caería entre un 30 y un 40% por la acción de plagas. Con su uso, los productores logran proteger a los cultivos de plagas, malezas y enfermedades. De esta forma, los productores se convierten en actores competitivos en los mercados locales e internacionales. Una mayor producción agrícola con tecnología se traduce en una reducción de costos para el consumidor final y, por lo tanto, mayor acceso a alimentos por la población mundial.

 

 

 

Fuente: Casafe

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