Oportunidades en el sudeste asiático

Ganando participación en las importaciones globales de harina de soja, maíz y trigo, estos países aparecen como oportunidad para Argentina.

El robusto crecimiento económico, que se ha sostenido a la largo de los últimos años y se proyecta que continúe en el mediano plazo, sumado al crecimiento poblacional y a la intensificación del proceso de urbanización, explican el rol fundamental de los países del Sudeste Asiático a la hora de explicar el aumento de la demanda y la comercialización internacional de granos, dada la escasez de tierras cultivables que les permita aumentar su producción en los niveles requeridos. La región está compuesta por 10 países: Malasia, Indonesia, Brunéi, Vietnam, Camboya, Laos, Myanmar, Singapur, Tailandia y Filipinas. Éstos conforman la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN, por sus siglas en inglés). El posterior análisis se focaliza en cinco mercados emergentes clave dentro de la región: Indonesia, Malasia, Filipinas, Tailandia y Vietnam.

Según los datos reflejados en un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés), el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de la región (10 países) ha crecido a una tasa anual del 3,4% durante la última década y se prevé que crezca un poco más rápido, a una tasa del 3,5% anual, durante la próxima década.

A su vez, estos 10 países han mostrado un fuerte crecimiento en la urbanización. En 2000, la población rural era del 62%. Para 2017, la población rural se redujo a 51% de la población total. En los últimos 10 años, la población rural se ha mantenido estable, mientras que la población urbana aumentó en un 32%. Se espera que la población urbana aumente en un 24% hasta el 2028, alcanzando el 55% de la población, mientras que la población rural caerá en un 3% para acaparar el 45% del total de la población.

El desarrollo económico proyectado para la región generará un aumento continuo en los ingresos medios, mayor crecimiento de la población y un creciente número de personas que se trasladarán a zonas urbanas. Esos procesos, a su vez, conllevan cambios en los hábitos de compra de los consumidores. A medida que aumentan los ingresos, se produce un cambio gradual pasando de alimentos básicos como los cereales (especialmente el arroz) a dietas basadas en proteínas.

Según refleja un informe de AEGIC (Australian Export Grains Innovation Centre), la región del este de Asia ilustra fuertemente cómo un gran aumento en el ingreso real genera un marcado cambio en la dieta. El notable crecimiento económico de las últimas décadas ayudó a duplicar la ingesta de calorías per cápita, el mayor aumento entre todas las regiones. Además, la composición de la dieta cambió notablemente. Los cereales y las raíces ricas en almidón pasaron a representar una parte muy reducida de la ingesta de calorías a medida que aumentaban sustancialmente los ingresos, dando lugar a carnes y productos lácteos.

Así, aunque el consumo directo de granos disminuye a medida que aumentan los ingresos, el aumento del consumo de carnes, leche y productos derivados implican una mayor dependencia indirecta de los granos, especialmente de los cereales forrajeros. Por ello se analizarán las perspectivas del comercio de harina de soja y de maíz, dos de los principales componentes de los alimentos balanceados para la producción animal en los que Argentina tiene una importante presencia en el mercado internacional.

Sin embargo, también se observa un vínculo entre el consumo de trigo y los cambios en el estilo de vida en Asia debido a la urbanización. Bourgeois y Kusumaningrum (2008) encontraron que la correlación entre las importaciones de trigo y el número de población urbana arrojó un coeficiente positivo de 0,94 mientras que el mismo coeficiente para la población rural fue mucho menor, en 0,69.

La mayoría de las personas que viven en las ciudades adoptan una dieta más diversificada, incluido el consumo de pan, pasteles y tartas, cuyo consumo ha crecido a una tasa anual de más del 15% desde mediados de los años noventa. Esto se ha conocido como occidentalización de la dieta, apoyada también por la mayor presencia de cadenas internacionales de comidas rápidas y cafés.

Argentina, luego de la eliminación de las cuotas de exportación explícita o implícita, ha incrementado su producción del cereal dando lugar a mayores exportaciones. En los últimos años, los países del Sudeste Asiático, especialmente Indonesia, se convirtieron en importantes demandantes del trigo local. Es por esto que se profundizará en el análisis sobre las implicancias del papel de esta región en el comercio internacional de trigo.

Fuente: BCR

Comentarios