No cosechar la uva genera un alto riesgo fitosanitario

Los frutos no cosechados representan una importante fuente de inóculo de plagas y enfermedades agrícolas. Las plagas en general, y la polilla de la vid en particular, continúan cumpliendo su ciclo biológico, incrementando sus poblaciones de manera exponencial, debido a que encuentran alimentos suficientes para seguir multiplicándose.

La continuidad del ciclo biológico se ve favorecida por la situación de inviernos suaves y eso genera que el cultivo inicie la nueva temporada con niveles sumamente altos de presión de la plaga.

Hay que recordar que cada hembra de Lobesia botrana puede colocar alrededor de 100 huevos, llegando una pareja a generar 250 mil ejemplares al final de una temporada. La emergencia fitosanitaria que origina Lobesia botrana ha generado la necesidad de  realizar tratamientos para su control.

La alta presión de la plaga se traducirá en graves daños en caso de no controlarse o bien será necesario incrementar los costos de control, debido a la necesidad de un mayor número de tratamientos con productos agroquímicos.

Además, al tratarse la Lobesia botrana de una plaga cuarentena, es decir que genera restricciones en los mercados compradores, es obligatorio realizar la descarga de la fruta remanente después de cosecha o melesca  – Res. 122/2010 Senasa.

Dejar racimos sin cosechar en plantas de vid es una practica agricola no recomendada y altamente peligrosa en términos sanitarios.

 

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