Malestar en el gobierno

Sorpresa, asombro , ¿cómo negarlo?”, decían ayer en distintos despachos oficiales apenas se enteraron de la decisión del Departamento de Comercio de EE.UU. que castiga al biodiesel argentino, que representa el 25% de los embarques al país del Norte. En Cancillería dejaron trascender que recién hoy emitirán un comunicado ante una medida que, por la magnitud de los aranceles que aplica, no está exenta de un mensaje de rigor. Y en el sector privado, en cuanto llegó la noticia, empezaron a acumularse tensiones. Es que el biodiesel, el combustible en base a la soja, no es sencillo de exportar porque requiere de países que corten los combustibles fósiles con los de origen vegetal. Los mercados son los países europeos y EE.UU. ambos cerrados ahora para la Argentina.

Europa nos dejó afuera como represalia por la estatización de YPF en 2012 y pese a que se le ganó un panel en la Organización Mundial de Comercio, acaba de postergar el cumplimiento de ese fallo al menos hasta octubre. A eso se sumael cierre de mercado por parte de Washington. Las empresas afectadas van desde las nacionales Aceitera General Deheza, Molinos y Vicentín, al gigante estadounidense Cargill, además de las europeas Glencore y Dreyfus. ¿Qué puede pasar? Según Luis Zubizarreta, titular Carbio, la Cámara de Biocombustibles, se destinará a aceite, que en un mundo con sobrantes bajará de precio, dijo a Clarín.

Lo más probable es que los productores sean el pato de esta boda. A eso se añade la acusación del lobby estadounidense acerca de que Argentina subsidia al biodiesel. Un experto, que solicitó el anonimato, destacó que subsidio por definición es una asignación directa y nada de eso ocurre con el biodiesel. Por otra parte, si se considera que al biodiesel solo se destinan 1,6 millones de las 40 millones de toneladas de soja que se muelen para aceite, tampoco le cabría la acusación de que los fabricantes se benefician con las retenciones, que les permiten comprar la materia prima más barata.

Para colmo, Argentina recién podrá actuar ante la OMC contra Estados Unidos una vez que ellos decidan un arancel definitivo, que sería en 2018. Falta mucho tiempo. El experto subrayó que en el interín podría negociarse alguna cuota con Washington. ¿Lo lograrán?

Por lo pronto, Carbio rechazó el bloqueo, calificando de “inexistentes” los presuntos subsidios. “La decisión del gobierno norteamericano es injustificada; muestra un alto grado de discrecionalidad y una política proteccionista, no acorde con la OMC”. Fuente: CLARIN

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