Los quintales que la lluvia se llevó

Granos podridos, chuzos, livianos, brotados y húmedos, se suman a las pérdidas que se despliegan por desgrane y por las colas de las cosechadoras. Las plantas están en condiciones muy vulnerables y las perdidas por desgrane pueden ir en aumento. De todas formas, se avanza contra toda adversidad sobre el 58% que falta por cosechar. El escenario de cosecha es el más difícil en la historia de la región. Entre barro y anegamientos, lentamente, las máquinas sortean los caminos para ingresar a lotes con panoramas desoladores. Centro sur de Santa Fe y sur este de Córdoba, las áreas más golpeadas, presentan caídas de rindes de hasta 10 qq/ha. Contrastando, el norte bonaerense, que fue la menos afectada por el temporal, tiene caída de rindes de 3 a 4 qq/ha.

El productor sentirá dos niveles de pérdidas esta campaña

Caída de rindes y castigo en el precio por la calidad, que está lejos de los estándares, resentirán los bolsillos de los productores. Los mayores porcentajes de granos dañados en la región lo encabeza el área del centro sur de Santa Fe, con valores de entre 25 a 80%. Un escalón debajo está el sureste de Córdoba, que alcanza valores de 10 a 40%, y en el resto dela región núcleo los valores van 0 a 20%. La alta variabilidad de calidades se debe a las distintas fechas de siembra, la variedad, el manejo, como controles de chinches y enfermedades, y por supuesto, el relieve y los milímetros recibidos. 

Las primeras marcas de las cosechadoras y las evaluaciones de los técnicos empiezan a trazar una caída significativa en el nivel de productividad, contrariando los resultados previos a las lluvias. La región centro sur de Santa Fe muestra una disminución de un 24% en rindes, o sea alrededor de 10 quintales. A su vez, el sur este de Córdoba le sigue con un 21% en las bajas. Los departamentos santafesinos de Caseros y General López, muestran caídas más moderadas en el orden del 10%, al igual que el norte de Buenos Aires. En sojas de segunda, de momento se esperan menores niveles de daños porque se encontraba en etapas previas a la madurez comercial.

Los maíces de primera aguardan el turno de cosecha en el norte bonaerense sin demasiados desmejoramientos. Tal vez, sean los de segunda los que acusen más el impacto del temporal. Hay zonas en los que están muy bien y conservan muy buenos valores de estimaciones de rindes, pero en otras se empiezan a observar granos brotados, enfermedades y cañas muy débiles. (GEA)

Comentarios