Los biocombustibles tienen futuro

Con la tecnología como aliada, el poder del maíz en Argentina no tiene techo.

Siguiendo la línea sobre la cual reflexionamos en otras oportunidades, decimos que el mundo necesita proteínas y alimento y Argentina por su potencial de productor de materia prima, tiene la gran oportunidad de ser protagonista, agregando valor en ese camino.

Por otra parte, y en relación con lo anterior, la humanidad se encuentra ante la necesidad imperiosa de diversificar la matriz energética, desarrollando biocombustibles y produciendo de forma sustentable, para lo cual una vez más Argentina se encuentra posicionada de manera estratégica. En un país tan rico en recursos, sólo hace falta voluntad y una política de estado que accione en consecuencia, siendo que trabajar en el autoabastecimiento energético es una responsabilidad que oportunamente decantará en mayor desarrollo económico y social.

En el mismo sentido, y en virtud de que la energía sostenible es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en la Agenda 2030 de Naciones Unidas, la cooperación internacional también va en este sentido, y nuestro país, en el marco de su apertura internacional, ha firmado acuerdos y convenios en materia energética.

Producir de forma eficiente no alcanzará, también hará falta ser inteligentes. No es posible enfrentar desafíos de índole extraordinarios con soluciones tradicionales. En este sentido, el maíz, cultivo milenario, vuelve al ruedo en la nueva Argentina pasando al centro de la escena agroindustrial. Cultivo sustentable por excelencia, ideal en la cadena de valor, iniciará un camino de recuperación en hectáreas, volumen y precio, con dos grandes propósitos, “energía y proteína”.

El fenómeno maíz-biocombustible, si bien es incipiente, está iniciado en nuestro país. Con epicentro en Córdoba, hay más de 14 plantas de etanol que transforman el maíz y sobre la cual el subproducto que se desprende es utilizado como alimento para animales y su posterior transformación en alimento. Aquí entra a jugar el rol y la importancia del maíz, en su complementación entre energía y proteína.

Con la tecnología como aliada, el poder del maíz en Argentina no tiene techo. La cadena agropecuaria-industrial presenta uno de los fenómenos más trascendentes de la historia, en virtud de los beneficios directos y sobre todo los complementarios, el maíz, con sus 45 millones de toneladas que se producen, será el protagonista del desarrollo agrario de los próximos años. Si agregamos que el maíz es el sustento nutricional en la actividad lechera, porcina, avícola, materia prima para la producción de aceite y harinas de consumo humano, y si prendemos la luz alta, también podemos imaginarlo en la elaboración de Bioplásticos, industria farmacéutica y demás.

Sin dudas, el maíz es “combustible” de la nueva Argentina.

Autor: Roberto Guercetti – Conecar

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