Lluvias que no alcanzan

El estrés hídrico cada semana se hace más intenso y gana terreno. Sembradoras con freno de mano.

Se enciende una alerta con el periodo más crítico del maíz a la vuelta de la esquina. Los síntomas de la falta de agua se empiezan a notar en el acartuchamiento de las hojas y en lotes con maíces que han detenido su crecimiento. Pero también hay zonas que tienen la napa cerca y los cultivos más desarrollados se benefician tomando el agua desde allí. En general, las pocas reservas de agua no serán suficientes para la alta demanda atmosférica y la del propio cereal en su periodo reproductivo. Tras temperaturas máximas que han superado los 40 °C esta semana, si no llegan lluvias contundentes en el corto plazo, la campaña recortará rendimientos.

El GEA de la Bolsa de Comercio de Rosario indicó que la tormenta que en la noche del miércoles 11/12 dejó algunos milímetros en la región fue sin dudas una buena noticia, sin embargo por el historial de elevadas deficiencias pluviales y la ola de calor de esta semana, el agua no alcanza a suplir las necesidades de los cultivos. Sólo se destacó Chacabuco con 32 mm, Clason 22, Bigand 18,5 mm. El resto de la región recibió lluvias por debajo de los 15 mm. Para un cambio de escenario este comportamiento requiere continuidad, pero el volumen de las precipitaciones y las proyecciones de los modelos no dejan demasiado margen para el optimismo.

La falta de agua frena las sembradoras

Unas 500 mil has están a la espera de algún chaparrón para terminar de sembrarse con soja de segunda. La falta de agua y las altas temperaturas dejó sin humedad la cama de siembra. Los más jugados sembraron los últimos lotes con la humedad justa para no seguir demorando la fecha de siembra.

Los que están más complicados son los maíces tardíos y los de segunda. En algunas zonas la siembra aun no comenzó. La mayor inversión económica y la falta de agua hacen que algunos desistan del cereal y se pasen a soja de segunda.

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