Lentamente arranca la siembra de maiz

Los futuros del mercado de Chicago mantuvieron el empuje alcista en el comienzo de la semana, pero cayeron en ruedas consecutivas entre el martes y el viernes. Las buenas condiciones climáticas en Estados Unidos permitieron un rápido avance de la trilla que debilitó fuertemente las bases en el mercado de físico, resultando en un mercado posicionado a la espera del ingreso a comercialización de un importante volumen de mercadería durante las próximas semanas. Según el último informe semanal del NASS, la trilla a nivel nacional se ubicó en el 5% de la superficie hasta el último fin de semana, con guarismos del 53% en Texas y 20% en Kansas.

La presión estacional bajista del mercado norteamericano se suma al peso que ejerce a nivel global la salida del cereal brasileño. Las estimaciones de producción en este país continúan ajustándose en alza, resultando en una producción récord y amplios stocks iniciales para la presente campaña. El resultado será una gran disponibilidad de saldos exportables durante los próximos meses. Sin embargo, una huelga que comenzó el jueves en los puertos de este país ha interrumpido los embarques, poniendo en peligro el cumplimiento a corto plazo del programa de trabajo en los puertos de Santos y Paranaguá.

En nuestro país los vaivenes externos redefinen las estrategias comerciales de los exportadores, que se encuentran en su mayoría retirados de la búsqueda del cereal para descarga inmediata. Durante los últimos días las operaciones del mercado disponible del recinto de la Bolsa se concertaron en el rango de $ 880 a 900/ton, con mejoras sustanciales en posiciones con entrega diferida. De los alrededor de u$s 95/ton que se negocian en el mercado de contado, el margen de mejora puede llegar hasta u$s 120/ton para la entrega diferida hasta abril y mayo. Todos estos precios se encuentran por debajo de la capacidad teórica de pago que surge de los valores FOB, reflejando la distorsión que surge de la aplicación de restricciones cuantitativas sobre la exportación.

 

En su informe mensual de estimaciones, el Ministerio de Agricultura dejó sin cambios sus cifras de oferta y demanda para la campaña en curso. Si bien todavía no ofreció proyecciones de cosecha para el ciclo 2015/16, destacó que se advierte una reducción en la superficie de intención en la realización de los primeros trabajos de implantación. El escenario de gran incertidumbre determinaría una elevada proporción de siembras tardías, consolidando la tendencia observada en los últimos años.

Sin embargo, las condiciones climáticas en las que se desarrollará la campaña -con previsiones de fenómeno “Niño” hasta comienzos de 2016- hacen pensar en que puede ser un año para apostar fuertemente a la siembra temprana, cuyo potencial de rendimiento es decididamente más elevado. En zona núcleo se observa que la humedad para comenzar los trabajos es satisfactoria y si el cultivo logra esquivar lluvias fuertes o anegamientos en su etapa de emergencia le quedará luego un gran potencial productivo y poco margen para daños por saturación de agua.

Para muchos productores el obstáculo es la gran inversión necesaria para planificar la campaña maicera, que dependiendo del nivel tecnológico utilizado puede requerir de más de u$s 1.000 por hectárea. Esto convierte al costado financiero del negocio en algo más crucial que los aspectos productivos para determinar el margen de la campaña. Por eso, las explotaciones más rentables serán aquellas que tomen las mejores decisiones de financiamiento de los costos de producción -incluido los alquileres- y adopten las estrategias comerciales más inteligentes para colocar la cosecha.

Según el último informe semanal de GEA – Guía Estratégica para el Agro, las siembras del cereal cubrirán unas 438.000 hectáreas en zona núcleo de cara al ciclo 2015/16, siendo la campaña con menor participación del maíz en las rotaciones de los últimos diez años. Buena parte de los productores queda a la expectativa de cambios en las variables que modifiquen la ecuación del cultivo, como sería un mayor deslizamiento del tipo de cambio o una revisión en el sistema de cupos de exportación. Sin embargo, el transcurso del tiempo sin novedades acota las posibilidades de decisión. El mes de octubre puede ser clave para tener un veredicto inicial de la nueva campaña.

Autor: Guillermo Rossi – BCR

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