Las decisiones otoñales y su impacto

En el manejo de malezas, lo que haga el productor impacta directamente en su sistema de producción

Por la preponderancia de los cultivos estivales en el actual sistema de producción argentino, resulta fácil pensar que la mayoría de las inversiones están orientadas a maximizar la productividad de estos cultivos. De manera que la primavera, cerca de la siembra de Soja y Maíz, es el momento ideal para realizar estas inversiones. Ahora; si se analiza el sistema de producción a lo largo de varios años, aparece el control de malezas entre los costos que más han aumentado, y para su correcto manejo no alcanza con una intervención puntual, sino que se necesita un manejo programado y orgánico a lo largo del año y de los años.

El primer punto por analizar es si se deciden siembras de cultivos de invierno y el productor se orienta a un manejo del barbecho químico sin cultivos.

Pensando en cultivos de invierno, sean de cosecha o de cobertura, el objetivo es competir por agua y nutrientes contra las malezas, reduciendo su presencia y abundancia. Esto no se hace solo; obviamente una cuota parte la hace el cultivo y el resto el herbicida que acompaña este manejo. Con la experiencia de la campaña pasada, no son buenas las expectativas de siembras de cara a esta nueva campaña. Los asesores esperan una reducción del área de trigo y legumbres, además de una estabilización de las expectativas de crecimiento de los cultivos de cobertura.

Esto hace pensar a que el área de barbechos químicos puede incrementarse, y justamente por ello es indispensable definir qué hacer ahora en el otoño.

Conservar agua y nutrientes se convierte en el principal objetivo durante el barbecho, para que estén disponibles para los cultivos estivales.

Es imprescindible romper el paradigma de que las inversiones se hacen en primavera, y darle a este periodo de barbecho químico largo la importancia que requiere. El primer punto que refuta este paradigma es algo ya conocido “el control de malezas difíciles es más fácil en preemergencia que en su pos-emergencia. El segundo punto indica que es más eficiente controlar las malezas de invierno en ese lapso y no en primavera, en sus estadios reproductivos. Son verdades conocidas que muchas veces el productor desconoce. Si a estos puntos mencionados anteriormente se le agrega- el costo, resulta más eficiente controlar estas malezas con herbicidas pre-emergentes de acción residual y no repetir aplicaciones sobre malezas demasiado crecidas y desarrolladas.

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