Desarrollo nacional que se exporta al mundo

Class exhibe desde hoy en Palermo su nuevo cabezal girasolero, desarrollo 100% nacional que se exporta a todo el mundo.

Como cada año, Claas Argentina exhibirá en la Exposición Rural la potencia de su amplia gama de maquinaria agrícola. Del 24 de julio al 4 de agosto, los visitantes podrán apreciar de cerca la singular tecnología que aporta la cosechadora TUCANO 560, la picadora JAGUAR, la megaenfardadora QUADRANT 3200, el rastrillo giroscópico LINER 1700 o el tractor XERION 4500 TRAC VC. A ellos se sumará también el cabezal girasolero SUNSPEED, que cuenta con la calidad de todos los productos de la empresa alemana, pero tiene la particularidad de haber sido diseñado en nuestro país.

Este orgullo nacional lleva más de 2000 unidades fabricadas en Florentino Ameghino, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, una de las diez plantas que la compañía posee en el país y en la cual trabajan más de 100 operarios. Desde allí se exporta para equipar las cosechadoras de la marca en todo el mundo.

El negocio de los cabezales girasoleros representa para la filial argentina de Claas un monto de más de 6,5 millones de dólares en exportaciones, con Rusia y Ucrania como los principales destinos. Un volumen impensado hace más de una década cuando desde una pequeña oficina en Ameghino, un grupo de emprendedores empezaron a desplegar los primeros bocetos de esta plataforma que ya superó las 2000 unidades.

La aventura comenzó 13 años atrás, cuando Reynaldo Postacchini, vicepresidente de la filial argentina, decidió probar suerte en un concurso abierto por Claas a nivel mundial para la fabricación de cabezales girasoleros. El ganador se convertiría en el proveedor oficial de la marca para las máquinas del mundo. Para ello acudió a Adrián Brohme, un ingeniero aeronáutico egresado de la Universidad Nacional de La Plata que apenas un año atrás había ingresado a la empresa.

La fabricación del primer prototipo tuvo lugar en 2005 en la fábrica de Allochis, con quien Claas posee una sociedad estratégica. “Contábamos con poca gente y maquinaria, pero finalmente llegamos a tiempo y nos presentamos en Hungría”, recuerda Brohme. Allí se realizaron las distintas pruebas del concurso que terminaron consagrando al modelo argentino por sus claras ventajas sobre el resto de los competidores. “Nuestra principal virtud era la cantidad de hectáreas que podíamos hacer por día, sobre todo en terreno sucio donde nuestro equipo era mucho más eficiente”, explica el responsable del desarrollo de los girasoleros argentinos.

Además, el cabezal llamó la atención de los técnicos europeos por su exclusivo sistema de cosecha sin tallos, que optimizaba las tareas de trilla y separación, reduciendo el consumo de combustible hasta 4 litros menos que su contrincante más cercano. “En cambio, los equipos europeos cosechaban la planta completa y tenían que procesar tanto el tallo como la hoja. Por eso se complicaba a la hora de hacer la limpieza y se obtenía un producto mucho más sucio”, agrega.

Fue en 2007 cuando salieron desde Ameghino hacia el mundo los primeros SUNSPEED, los únicos cabezales que la marca germana no produce en su planta de Hungría. “A partir de ahí los pedidos se hicieron cada vez más grandes y fuimos evolucionando en el tiempo hasta llegar a los actuales 300 equipos de exportación al año”, relata Brohme.

Hay cinco versiones de SUNSPEED, de acuerdo a la cantidad de surcos (8, 12 y 16 líneas) y la distancia entre hileras (70 y 75 centímetros). “Los cabezales que salen para Europa son los mismos que se utilizan para la venta en el mercado local y latinoamericano”, asegura Brohme. Producidas completamente en Argentina, las unidades cuentan con el mismo nivel de calidad, precisión y eficiencia que caracterizan a los productos Claas en todo el mundo. Para su manufactura, la planta ubicada a la vera de la Ruta 188 ha tenido altos niveles de inversión en tecnología que la han posicionado como una fábrica modelo.

En todo este tiempo el cabezal original ha tenido algunas sutiles reformas: “Se ha ido mejorando paulatinamente el rendimiento del equipo”, admite Brohme. Pero la gran novedad saldrá a la luz en dos años aproximadamente, cuando otra vez desde esa localidad bonaerense, Claas lance al mercado un nuevo equipo en el que el ingeniero aeronáutico se encuentra actualmente trabajando. “Ahora estamos en la etapa de desarrollo, pero ya tenemos fabricado el prototipo para empezar con las primeras pruebas. La idea es que el próximo año el producto sea enviado a Europa para que sea probado allá”, anticipa entusiasmado.

Comentarios