Desarrollaron un híbrido de pino con doble propósito

Por primera vez en la Argentina, técnicos del INTA desarrollaron un híbrido de pino que se destaca por su doble apropiación: para la producción de madera y como insumo básico en las explotaciones silvopastoriles. Hasta el momento, los productores utilizaban una variedad similar de origen australiano que se importaba a precios muy elevados y tenía escasa disponibilidad en el mercado.

“Para conseguir las semillas de este híbrido, los productores debían importarlas a un costo muy alto, y a eso se le agrega el hecho de que los australianos cada vez vendían menos cantidad”, aseguró Ector Belaber, especialista del INTA Montecarlo –Misiones–, quien junto con María Elena Gauchat, investigadora de la misma unidad, trabajaron en el desarrollo del nuevo híbrido.

El nuevo material surgió de la hibridación entre las especies Pinus elliottii variedad elliottii –utilizada como “madre”– y Pinus caribaea variedad hondurensis – utilizada como “padre”–. “La hibridación consiste en cruzar dos especies diferentes que, al combinarse, permiten obtener híbridos con características deseables que no podrían lograrse en forma natural”, señaló.

En cuanto a sus potencialidades, este híbrido presenta una mayor resistencia a las heladas y a los vientos y una mejor adaptación a lugares con escaso drenaje que Pinus caribaea variedad hondurensis. Asimismo, posee un crecimiento superior a Pinus elliottii.

En general, es una planta de crecimiento rápido que se destaca por la rectitud de su fuste y por su baja conicidad, características que favorecen el aprovechamiento industrial de sus primeros raleos. Además la estructura de su copa, formada por ramas delgadas y cortas, permite hacer más sencilla la poda, obtener madera libre de nudos e incrementa la penetración de luz.

“En las explotaciones silvopastoriles, una de las principales limitantes para el crecimiento de las pasturas es el acceso a la luz y, al utilizar árboles con copas más permeables, ese problema se resuelve y hasta podría incrementarse la rentabilidad del sistema, dado que aumenta la producción forrajera y la densidad de plantación”, afirmó Belaber.

Cómo se llevó a cabo

Esta investigación se inició en 2003 gracias a un acuerdo de vinculación tecnológica entre el INTA, algunos productores de la región y la empresa forestal PINDO S.A. Luego se realizaron las primeras hibridaciones y, hacia el año 2007, se instalaron los ensayos a campo. Actualmente hay más de 250 familias híbridas en evaluación.

“Este contexto generó el marco propicio para que el INTA establezca un programa para la obtención local de este material a partir de parentales mejorados para nuestra región”, observó el técnico.

De igual modo, Belaber destacó la importancia de la propagación vegetativa como método para la producción masiva de plantines, debido a que este tipo de hibridaciones controladas sólo permiten generar un número reducido de semillas.

“Estos materiales genéticos son evaluados según su comportamiento en campo y seleccionados por su valor genético para integrar nuevas etapas del programa, como la conformación de huertos semilleros o la elección de las mejores familias para utilizarlas en procesos de reproducción vegetativa o clonación”, explicó.

A pesar de que los ensayos del nuevo híbrido aún no alcanzaron la edad de corte, se sabe que presenta rendimientos superiores a los de Pinus taeda en la industria del aserrío, sobre todo a edades tempranas.

Por último, el técnico dijo que los productores y viveristas interesados en generar sus propios plantines pueden adquirir las estacas en la región a través del vivero de la firma PINDO S.A. (INTA)

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