Cómo lograr pasturas de calidad

El campo ubicado sobre la ruta 188, en el acceso a Florentino Ameghino, en el noroeste de la provincia de Buenos Aires, fue nuevamente el punto de encuentro de productores, asesores y contratistas, ávidos de mantenerse actualizados de las últimas tecnologías para la confección de forrajes.

En cinco paradas a campo, la jornada organizada por CLAAS y Forratec volvió a dar cátedra sobre los aspectos centrales que hacen posible confeccionar un forraje de calidad, desde el principio hasta el fin.

En este paso a paso, la primera parada estuvo a cargo del equipo técnico de Forratec. Federico Sciarreta y Mauro Alfonso presentaron la información que surge de los ensayos con alfalfas puras y consociadas que se pudieron ver en el campo de Ameghino y con los que se busca medir la productividad de las pasturas.

Alfonso presentó información sobre los ambientes de la zona oeste, con datos surgidos de la Red de Innovación y Desarrollo Zona Oeste (RIDZO) ganadera, de AACREA. Sobre una superficie de 285.000 hectáreas, surge que el 51% de la superficie es media loma, el 13% es loma y el 36% bajo. Al analizar el nivel de suelo, surge que el 5% tiene falta de retención hídrica severa, un 44% no tiene limitantes para producir cultivos, un 19% tiene falta de retención hídrica y el 13% son suelos salinos. En la zona norte (en la que se encuentra Ameghino), el 44% del suelo no tiene limitantes, un 30% tiene problemas de retención hídrica y un 20% salinidad y sodicidad. Los técnicos indicaron que un suelo normal tiene un pH que va de 6 a 7 y un porcentaje de sodio menor a 15. Un suelo salino tiene un pH menor a 8.2 y un porcentaje de sodio menor a 15, en tanto que un suelo sódico tiene un pH menor a 8.20 y un porcentaje de sodio mayor a 15.

Una vez realizadas las caracterizaciones, Sciarreta y Alfonso recomendaron la siembra de alfalfa pura en loma y media loma, ya que requiere de suelos más profundos para desarrollar la raíz. En suelos salinos o bajos alcalinos, las pasturas que suman cultivos como agropiro y melilotus son las ideales.

Entre las consideraciones para la siembra, la principal es la uniformidad por metro cuadrado, cruzar las hileras a 65 o 40º y usar mezclas simples de no más de 2 a 3 especies.

“Se buscan 350 plantas por metro cuadrado en alfalfas puras a 100 días de la siembra. En mezclas con leguminosas, el objetivo son 180 a 200 pl/m2 y con gramíneas 160 a 200 pl/m2”, recomendaron.

Además, hicieron hincapié en la buena siembra: “hay que buscar humedad y no tapar la semilla excesivamente. Hay que eliminar las ruedas tapadoras. La velocidad de avance ideal para la siembra es de 5,8 km/h. También es necesario regular las cuchillas al mínimo e invertir especies en mezclas doble pasadas”.

A mayor densidad de siembra aumenta la cantidad de plantas logradas por metro cuadrado, pero baja el coeficiente de logro, por lo que hay que modificar el diseño de la siembra y hacer siembra cruzada. “Hay que lograr mayor densidad y mejor distribución de la semilla”, dijo Sciarreta, a cargo de la planificación forrajera de las jornadas Experiencia Forrajera. En el campo de Ameghino, en un lote sembrado con alfalfa sobre avena el 20/04/13, que recibió 931 mm de precipitaciones, se lograron 22.000 kg de MS en doble siembra en un año y 19.000 kg de MS en siembra simple en otra pastura con tres mezclas.

“La planta que no se logra de entrada se pierde. En las pasturas, la productividad se define desde el comienzo”, acotó Alonso, del departamento de desarrollo de Forratec. También es importante ver cómo se distribuye la producción a lo largo del año y de qué modo se la aprovecha. El dato es concreto: el 60% de la producción total del año se da en primavera y la falla en el aprovechamiento impacta muchísimo en la productividad general. “Las alfalfas puras siempre van a rendir más que las consociadas. El pastoreo y el corte deben estar diseñados con el fin de mantener la pastura. Hay que cuidar la intensidad y la frecuencia”, apuntaron los técnicos.

“Solemos mirar la producción y muchas veces perdemos calidad. En ambientes de alta productividad hay que lograr cultivos densos. Por eso es fundamental aumentar la densidad de plantas con una mejor distribución gracias a siembras cruzadas y doble siembra”, apuntó Alfonso.

A la hora del corte

Las parcelas sembradas en Ameghino recibieron su primer corte de la mano de la cortadora-hileradora y desmalezadora 6042 de Mainero. Marcos Formica, de la firma cordobesa, presentó las modificaciones introducidas a esta herramienta que la han hecho ganar precisión. Con 4.20 m de ancho de corte y 4 rotores de transmisión cardánica, esta cortadora está articulada en el medio para lograr más velocidad. “Hasta ahora, la desventaja que tenía esta herramienta era el repicado. Pero fue modificada y se logró reducir ese efecto a prácticamente cero. Además, tras resolver este problema también se logró bajar el uso de potencia”, aclaró Formica.

En la primera parada de Experiencia Forrajera se la vio trabajar a 13 km/h y luego a 17 km/h en la segunda. En todos los casos, con gran eficiencia. “Para resolver el copiado del terreno se le pusieron patines en el centro de la máquina, logrando gran estabilidad”, acotó el ejecutivo.

A continuación, José Costamagna, del departamento comercial de CLAAS, presentó la segadora Disco 3500. En este caso, el copiado del piso es perfecto y se realiza gracias a una barra de corte que va suspendida y sujetada de un sistema hidráulico. El corte es neto gracias a unas cuchillas muy afiladas. Además, unos rolos acondicionadores de goma quiebran el tallo de la alfalfa longitudinalmente y evitan la pérdida de calidad. El tallo seca junto a la hoja en una superficie amplia de andana, que hace posible un secado más rápido.

Confeccionando andanas

CLAAS también mostró en acción su volteadora Volto 1050, de 10,50 metros de ancho. “Se usa para acelerar los procesos de secado, en días sin sol”, explicitó Costamagna para aclarar que las púas sólo mueven el forraje sin tocar el piso, desparramando totalmente el material en capas finas. Se usa sobre forraje verde recién cortado. El equipo se pliega y permite ser llevado en la misma trocha que el tractor.

Para ordenar el material esparcido por la Volto, llegó el rastrillo Liner 1550 de CLAAS. “Es un rastrillo giroscópico que no roza el piso porque trabaja con la toma de fuerza de un tractor de 50 o 60 HP. Al no tocar el piso, no contamina el material con tierra y evita la pérdida de hoja. Además, deja una andana muy esponjosa”, expuso el representante del área comercial de la firma alemana.

Más adelante, Mainero volvió a lucirse con su rastrillo de entrega central 5980 para heno, con 16 ruedas estelares. “El buen rollo nace de un buen rastrillo”, acotó Formica y describió: “su excepcional ancho de trabajo -9,35 metros- permite juntar 4 hileras en una para anchos de corte de hasta 3 metros y 3 hileras en una para anchos de corte mayores. Así, se obtienen importantes ventajas operativas y económicas.

El picado

El picado de pasturas estuvo a cargo de la JAGUAR 940, con un cabezal PickUp 300. “Esta máquina cuenta con un motor Mercedes Benz de 453 caballos. De la gama de picadoras de CLAAS, éste modelo es intermedio, y cuenta con un sistema de monitoreo de rendimiento que permite transmitir los datos en forma directa por internet a la oficina o la PC del propietario de la máquina”, expresó Costamagna para acotar otras dos de las tantas virtudes de la picadora más vendida del mercado: el modelo 940 permite agregar el Cracker incorporando solo una correa. Además, el sistema inocula el material en el acelerador final con poca agua.

Y si de inoculantes se trata, la presentación estuvo a cargo de Sebastián Urquiza, de la firma Villanueva, representantes en la Argentina de CHR Hansen. “Un silo se inocula porque lo que ocurre en él es un proceso de acidificación. Lo que hace la inoculación es dirigir la fermentación hacia el ácido láctico y baja más rápido el pH para evitar pérdidas”, explicó Urquiza.

El técnico sostuvo que una fermentación efectiva es de suma importancia en la producción de silo de alta calidad. Así, se refirió a Silobac MP, un aditivo que contiene microorganismos vivos para ser usado como inoculante multipropósito para silos. Este producto baja el pH rápidamente y es eficiente en forrajes bajos de azúcar.

Tras aclarar que existen productos paca cada cultivo y condición de cosecha, Urquiza se refirió a SiloSolve AS, que contiene dos bacterias lácticas de rápido y competitivo crecimiento y una cepa única de Lactobacillus buchneri. “Esta específica combinación bacteriana de cepas muestra un perfil de fermentación mejorado, así como también un incremento en la estabilidad aeróbica que ayuda a inhibir el crecimiento de levaduras y hongos durante el proceso de extracción”, explicó el técnico.

A la hora de las recomendaciones, el representante de CHR Hansen sostuvo que para elegir un inoculante hay que buscar un producto que no requiera cadena de frío. Es necesario que las bacterias estén vivas. El vencimiento debe ser de al menos dos años. “Pidan que el fabricante garantice la cantidad de unidades de formación de colonia por grano que dice al momento del vencimiento. La cantidad de unidades formadoras de colonia (UFC) es lo que indica la calidad del producto”, dijo.

Luego, para hablar del acarreo, Pablo Petit, de Akron, se refirió a los carros compactadores de forrajes que se han comenzado a fabricarse en la provincia de Corrientes. Estos carros, gracias a su sistema de compactación permiten cargar hasta un 60% más de forraje.

Largando el rollo

En este caso, el magafardo. En Ameghino, los asistentes pudieron ver en acción la enfardadora prismática Quadrant 3200 de CLAAS, apta para la confección de fardos de 500/3.000 mm de largo, 1.200 mm de ancho y 700 mm de alto. La máquina opera con un recolector de 2,10 metros de ancho, equipado con rastrillo de 1,90 metros, cuatro barras de dientes y copiado de terreno mediante ruedas laterales oscilantes. Puede trabajar eficientemente con hileras de diferente volumen gracias al Power Feeding System, que dirige el material hacia el rotor de picado manteniendo un flujo constante. El sistema se adapta a distintos largos de corte, dispone de expulsor de fardos y opcionales de sensor de descarga y sensor de humedad. El mecanismo de atado CLAAS cuenta con seis unidades anudadoras, depósito para 24 carreteles (de 11,5 kg). La terminal de comando permite el monitoreo y gestión desde la cabina del tractor de la presión de empacado, largo de fardos, largo de corte, ajuste de la precámara, etc.

Y como no podía faltar el rollo, Mainero hizo su demostración con la rotoenfardadora 5886, con nuevo recolector de ancho extendido con alimentador rotativo. Formica detalló que uno de las principales y más importantes virtudes de este recolector consiste en lograr una correcta adaptación a la recolección de hileras rastrojos de todo tipo por un lado y de pasturas de escaso volumen y densidad de hileras por otro, sin necesidad de ajustes o regulaciones y sin perder eficiencia en hileras de pasturas o verdeos de adecuada densidad y estructura.

La capacidad de trabajo de las rotoenfardadoras modernas permite completar el llenado de un rollo de 800 kg en 40 segundos (20 kg/seg). Además, cuenta con un nuevo expulsor de rampa, atador de 4 hilos, con un tiempo de atado promedio de 6 a 8 segundos y capacidad de almacenamiento para doce bobinas.

Para completar la propuesta de capacitación, CLAAS y Forratec realizan otra edición de Experiencia Forrajera el jueves 27 de noviembre en la santafesina Sunchales, kilómetro 255 de la ruta 34. A partir de las 9 se desarrollarán tres charlas técnicas: “Eficiencia de conversión en sistemas lecheros de TMR parciales”, a cargo del Ing. Agr. PHD Fernando Bargo; “Consideraciones prácticas en el manejo de comedero de rodeos lecheros”, por la Dra. Paula Turiello; y “Cómo ser eficientes a la hora de realizar silajes”, a cargo de Patricio Aguirre Saravia, de la Cámara Argentina de Contratistas Forrajeros (CACF).

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