A pesar del clima

Las excesivas lluvias registradas los últimos meses provocaron un retraso de la colecta de maíz en la región. Aún no se reportan grandes daños en la calidad pero el riesgo está presente si se sigue postergando la labor. La exposición del grano a atmósferas saturadas impide el secado del mismo, al mismo tiempo de crear un ambiente susceptible para el ataque de patógenos. El complejo de podredumbres en granos genera micotoxinas graves para la salud humana y animal, mientras que las enfermedades de tallo y raíz provocan el vuelco de la planta afectando tanto al rendimiento como a la calidad.

Los excesos en el suelo, además de no generar un piso adecuado para el ingreso de la cosechadora, también pueden provocar el descalce de la planta de maíz.  A esta altura se lleva cosechado un 87% del maíz de primera en la zona núcleo GEA-BCR y se afianza un promedio de 90 qq/ha. Gran parte de los lotes se vieron afectados, en mayor o menor medida, por el estrés térmico e hídrico en plena floración. Los cuadros que mejor expresaron rindes tuvieron una combinación exitosa de fecha de siembras más retrasadas, mejor tecnología aplicada y lotes que desagotaron con más eficiencia los excesos pluviales. Ahora las expectativas se ponen en los maíces tardíos y en los de segunda. Puede haber rendimientos muy interesantes, con rindes semejantes o aún mayores que en los de primera.

La mercadería con valores de humedad por encima del 14,5% debido a un secado incompleto en el lote provoca el descuento en el precio u obliga al productor a incurrir en gastos de secada. Debido a la alta exigencia energética, la secada presenta tarifas que atentan con los márgenes finales del cultivo, además de alterar las propiedades del granos si la temperatura del procesos no es la adecuada.

En tanto, al flete, es uno de los costos que más inciden a la hora de cerrar números. En nuestra región representa aproximadamente un 30% del total de costos, superando incluso al costo de la semilla híbrida por hectárea. En las zonas extra-pampeanas el costo del flete puede derivar en márgenes negativos, por lo tanto se procura el consumo in-situ. 

Cuando sucede un evento climático húmedo como el de este año y el anterior, los excesos de agua en numerosas áreas geográfica como el norte y oeste de la provincia de Buenos Aires hace que se inhabiliten el paso de las maquinarias, y camiones, incluso de las 4×4, afectando la logística de la actividad. El tránsito en húmedo induce a la aparición de profundas huellas que al secarse pueden provocar vuelcos en los camiones cargados. Los caminos rurales presentan en general muy poco mantenimiento, tanto de las autoridades como de los propios usuarios que transitan en húmedo.

A la red vial primaria y secundaria del país le falta pavimentación: según el Consejo Vial Federal, sobre un total de 240 mil km relevados de redes primarias y secundarias: La mitad son caminos de tierra (115.000 km) y apenas 81.000 Km están pavimentados (34%).

Otro tema es la falta de autopistas y autovías: Argentina tiene apenas 1100 Km de autopistas y 1700 Km de autovías.

Faltan banquinas pavimentadas: de las 33.800 Km de rutas nacionales, sólo el 8% posee banquinas pavimentadas, 25% de las banquinas están estabilizadas con ripio y el 67% restante posee banquinas de tierra o suelo.  Asimismo , no contamos con señalización en las rutas, faltan puentes e intercambiadores en los cruces ferroviarios.

Con las fuertes lluvias acaecidas, muchos caminos rurales han quedado intransitables. Pensemos lo siguiente: la Argentina tiene 400 mil km de caminos rurales, de los cuales 270 mil están localizados en Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y la Pampa.

Hubo épocas donde existió financiamiento para los caminos rurales. A principios del siglo XIX la Ley 5315 de 1907 creó un fondo específico con el 3% de lo recaudado por concesiones ferroviarias. Rigió hasta el fin de las concesiones en 1930.

Luego existió el Decreto Ley 9875/56 “Plan de Caminos de Fomento Agrícola” donde surgieron los consorcios camineros, comisiones municipales, etc. Desde 1977 se eliminó este plan.

LOS RESULTADOS SON EVIDENTES: Caminos sin conservación, severas erosiones, cortes cada vez más prolongados, camiones sin completar carga para no encajarse, costos elevados de transporte.

En cuanto a las cifras de cosecha no se efectuaron cambios respecto de la cifra de abril. Con casi 1 millón de hectáreas más sembradas en este ciclo, frente al 2015/16, y una mejora de rinde de 3,5 quintales (vs ciclo 2015/16), la producción superará en un 26% al volumen del pasado ciclo. Con 1,06 M de ha que no entrarían a circuito comercial, la producción nacional queda estimada en 38,0 millones de toneladas a escala nacional. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires sigue en los 37 M t. En el sector privado las cifras tienden a estar por encima de los 38 M tn (entre 37,5 millones de tn y 40 millones de Tn)

Con respecto a la próxima campaña, hay movimientos en la comercialización de semillas híbridas, modos de financiarla y un gran entusiasmo (en algunas áreas como la provincia de Córdoba) por parte del productor en apostar al cereal en la próxima campaña 2017/18. También hay que tener en cuenta que no parece que este campaña que se cierra deje una situación tan holgada de márgenes. Menores precios y rindes en la 2016/2017, parecen volver a reconsiderar cada gasto que se hace, aunque en la mira de todos los productores están el foco de hacer  maíz junto al trigo.

En la campaña pasada los semilleros han aumentado considerablemente la venta de semilla de maíz y es probable que esta campaña redoblen esa apuesta. Todo tiende a que habría un aumento en el área sembrada con cereales. Seguramente se busca reposicionar el uso de insumos en paquetes de alta tecnología y anticiparse en materia de compras para lograr mejores precios. En el norte el trigo parece estar cambiando hacia girasol, y allí los híbridos más buscados parecen estar retirados en busca de un mejor precio.

Las existencias globales son abultadas, sin embargo hay un quiebre en la tendencia alcista de la oferta. Estados Unidos reducirá el área de maíz incrementado la de soja mientras que, según el último informe del  Departamento de Agricultura de los EEUU, USDA, la oferta global se reduciría en la campaña 2017/18 . Este hecho le brindaría un soporte al precio del cereal haciéndolo aún más atractivo para producir en Argentina. Vale destacar que el USDA incrementó su previsión de producción argentina de maíz 2016/17 hasta los 40 millones de toneladas, proyectando al mismo tiempo exportaciones por 27.5 Mt. Para la nueva campaña, en tanto, descuenta una producción idéntica pero ventas al exterior por 28.5 Mt, destacando la performance exportadora de nuestro país. (MAIZAR)

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