¿Se viene el negocio de la Katana?

Ya aumentaron las consultas para aprender a usar armas blancas para defensa personal a partir del hombre que se resistió a un robo en su casa de Córdoba con una Katana.

El video que muestra a los delincuentes en una sala de enfermería con lesiones graves ha explotado en redes sociales y en el imaginario de muchos que la evalúan como una posibilidad de autodefensa.

 

Ocurre que la Katana así como otras armas blancas son de venta libre, no es necesario ni registrarlas ni demostrar condiciones psicofísicas o de destreza para ser propietario de una, como sí pasa con las armas de fuego.

Consultado al especialista en seguridad personal Diego Manso sobre el famoso “caso de la Katana” y la ola de consultas que generó el episodio expresó: “La Katana no es un arma específica de defensa personal. Se trata de un arma tradicional, que muchas veces se utiliza a modo decorativo sin afilar. Y justamente sin estar afilada, el que la usa tiene que tener mucha destreza para poder hacer daño”.

“La Katana no está prohibida –continúa Manso-, como tampoco están prohibidos los cuchillos incluso las picanas que se venden en pleno centro de Rosario, más específicamente en locales de la Peatonal Córdoba”.

“Acá el problema no es la Katana, el problema es saber qué hacemos en un hecho de robo, cómo nos comportamos. Si hay gente que piensa defenderse de esa manera, lo más probable es que se muera en el camino”, aseguró el especialista acerca de un arma que se consigue en la Argentina a partir de los $700, pasando por una Katana de 73 cm que se vende en Mercado Libre a $2884 en 12 cuotas de $367 con tarjeta de crédito. En este caso se trata de un arma que se fabrica a pedido con plazo de entrega de un mes.

“El tema de la legítima defensa para las leyes argentinas es muy complejo. Este famoso caso del hombre que fue atacado en su casa se encuadra en la legítima defensa, ahora cuando los delincuentes emprenden la retirada y son heridos la víctima queda fuera de su legítima defensa” advierte Manso, quien se esmera en apuntar que la portación de armas no es garantía de mayor seguridad sino por el contrario puede terminar multiplicando el problema.

 

REDACCION ON24

f.suarez@on24.com.ar

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