“Le voy a tomar una foto señor Ministro”

 En una de las salas reservadas del Club Alemán, Fundación Libertad convocó el martes pasado a un almuerzo privado con Sebastián Piñera.

Una mesa imperial ordenaba la disposición de cada uno de los veinte invitados. Frente al ex presidente chileno, se ubicaba Guillermo Dietrich, flamante Ministro de Transporte de la Nación. A la convocatoria de Gerardo Bongiovanni también acudieron el analista Manuel Mora y Araujo, los empresarios Alejandro Estrada, Luis Bameule (ex Quickfood) y Jaime Campos (AEA), la Senadora Nacional por Córdoba Laura Rodríguez Machado, Julio Saguier (La Nación), Juan Curuchet (Banco Provincia) y el Embajador de la Unión Europea Ignacio Salafranca, eran parte del selecto grupo convocado.

 

Con terminología marinera

 

“No puedo contar lo que Mauricio Macri me dijo en nuestra reunión pero sí puedo contar lo que yo le dije a él”, confió Piñera en el almuerzo sobre su reciente encuentro con el Presidente.

“La situación económica argentina es muy crítica, está mucho peor de lo que la gente piensa. El país está en el club junto a Venezuela y Brasil, del gigantesco déficit fiscal. El panorama económico mundial no va a ser favorable en los dos próximos años, con lo cual Argentina no podrá tomar velas como en otras oportunidades sino remos” esquematizó el chileno, quien además aclaró que una cosa es conseguir reuniones con naciones líderes y otra, inversiones de ellas.

 

“Le voy a tomar una foto señor ministro”

 

Con un manejo de los números macro del país cual economista argentino, Piñera sometió a “Guillo” Dietrich al desafiante ejercicio intelectual de contrarrestar el apremiante escenario económico nacional de cara al 2016 con chances a prolongar la agonía para el 2017 si no se aplicaba una política de shock, a juicio del ex mandatario.

Dietrich por su parte hace una cuenta sencilla: “los costos de la corrupción sumados a los costos de la ineficiencia en todas las áreas de gobierno nos dejan un importante margen de reducción del gasto si corregimos en los próximos meses; lo suficiente para no aplicar una política de shock. La llevamos adelante con el cepo, pero no la podría hacer con el transporte público; un boleto de $3 no lo puedo llevar a $12”  justificó el joven ministro.

De evidente optimismo, Dietrich luce el estado atlético que le suma la bicicleta pero también el “trajín” de un Ministerio que pena por Aerolíneas Argentinas, los ferrocarriles y más de 700 obras inconclusas de la gestión anterior.

“Llevo un mes en el gobierno y lo tomo como un master intensivo”, comentó “Guillo” entre los invitados. Piñera, conocedor de las huellas que deja la gestión le respondió: “Le voy a tomar una foto señor ministro, la próxima será cuando finalice su gestión y luego hablamos”.

Risas, intercambio de tarjetas y café fueron la culminación de dos horas de reunión.

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