El bono del Tesoro estadounidense a 10 años da una rentabilidad superior al 5%. Las letras españolas a corto plazo se acercan al 4% Varios depósitos bancarios ya ofrecen un interés superior al 2% a los ahorradores.
Con esos retornos, de un riesgo aparentemente bajo, ¿por qué poner dinero en el oro, que no da dividendos ni cupones?
La cuestión se la hacen los analistas después de asistir a la reciente subida del metal precioso, que ha repuntado en las últimas semanas como consecuencia de la búsqueda de refugio por parte de los inversores ante las hostilidades en Oriente Próximo.
Esa llegada de dinero a los lingotes ha generado en su precio la existencia de “una prima de riesgo geopolítica”, que ahora ronda los 130 dólares por onza, según JPMorgan. Si desapareciera, el precio del metal bajaría a unos 1.850 dólares.
UBS coincide en que su modelo estima que la onza debería valer entre 1.800 y 1.850 dólares, atendiendo solo los factores financieros como el nivel del dólar, las tasas de interés y la volatilidad bursátil.
Mirando a conflictos precedentes, JP Morgan advierte de que “históricamente, la escalada del oro cuando hay tensión en Oriente Próximo pocas veces se mantiene”. Según UBS, el oro suele tocar techo 20-30 días después de que empiece un conflicto. Es decir, siguiendo esos precedentes, no quedarían muchas jornadas para que el metal amarillo empiece a deshacer su prima de riesgo.
Goldman Sachs recuerda que el oro subió incluso más en términos relativos al llegar la invasión de Ucrania, pero luego sufrió una aguda corrección por la inflación y las subidas de tipos.
Pese a ello, no es momento de soltar el oro, opina Wayne Gordon, de UBS, quien recomienda mantener alrededor del 5% de las carteras en ese metal. “El oro ha demostrado su condición como cobertura geopolítica tras el ataque de Hamás”. Estas características podrían ser útiles si se produce una escalada mayor en Oriente Próximo.
Fuente: por Roberto Casado para Expansión