¿Cuándo arranca la repavimentación de la Autopista tramo Rosario Funes?

El trayecto más transitado de la AU Rosario Córdoba a la espera de una firma

El tramo Rosario-Funes de la autopista a Córdoba se encuentra en un híbrido a la espera de una solución que debiera darse en los próximos días. Ocurre que Cinco Vial, la concesionaria que estuvo a cargo hasta el 31 de julio para dar paso al consorcio liderado por la constructora de Eduardo Eurnekian, retuvo la obra de repavimentación de uno de los trayectos más transitados del ramal.

El contrato que contempla las obras de restauración estuvo en una disputa de precios que la inflación se ocupó de agravar. Superada esta instancia de negociación, el acuerdo ahora se encuentra entrampado en una burocracia, hoy llena de recaudos que aseguren la transparencia de los contratos.

Todo indicaría que la próxima semana estaría estampada la última firma para que se puedan iniciar los trabajos que dejen la traza en condiciones frente al deterioro evidente. Fuentes allegadas a Cinco Vial aseguran que la empresa condicionó el cumplimiento contractual a la celeridad del papeleo final.

Efecto cuadernos

El escándalo de las coimas relatadas con tanta precisión en los cuadernos de Oscar Centeno, generó un efecto pánico en los funcionarios macristas. Nadie pone la firma sin antes tomar el máximo recaudo de un gasto que pueda levantar sospechas.

Justamente, las obras viales, epicentro de la corrupción kirchneristas, están en el ojo de la tormenta, más cuando se trata de la ejecución de las “ORI” -Obras de Recuperación de Infraestructura-, como el caso de los trabajos a ejecutar en la autopista entre las localidades de Funes y Rosario.

Las ORI, que generan nuevos “items” de gastos por fuera de los contratos, fueron los principales nichos de corrupción, generando erogaciones ficticias para el cobro de coimas.

En el caso del tramo mencionado, dilatado desde hace tanto tiempo por desacuerdo entre el privado y el estado, la obra requiere de una modificación sustancial para hacer frente al crecimiento del deterioro de la ruta, agravado por el paso del tiempo.

“Justificar la modificación de una obra ya no es como antes. Los escándalos de corrupción de la obra pública complejizaron esa operatoria y cada funcionario se cuida y está muy sensible a la hora de firmar un nuevo gasto”, comentó una fuente ministerial.

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