BCR advierte que con el nuevo ajuste del trigo, la zona núcleo pierde US$ 650 millones

Alerta que el trigo 22/23 marca el rinde más bajo en 15 años y la pérdida de superficie cosechada es la más alta en 40 campañas.

A pocos días de comenzar formalmente la nueva campaña, la estimación de producción de trigo 2022/23 queda, a la fecha, en 11,8 Mt, con un rinde nacional potencial de 23 qq/ha, según GEA-BCR (Guía Estratégica para el Agro).

Este deterioro en la producción es particularmente grave en la zona núcleo, diezmando los ingresos del del sector productor, advierte el último reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario. Teniendo en cuenta el cálculo de márgenes para el trigo, con los nuevos valores, la pérdida estimada para los productores de zona núcleo asciende a los 650 millones de dólares, considerando un rinde promedio de 15 qq/ha y 391.000 hectáreas de superficie perdida.

Según la BCR, estos US$ 650 M se componen de, por un lado, el valor de la pérdida adjudicada a las hectáreas perdidas (no cosechadas) debido a los efectos adversos del clima que se estiman en US$ 307 millones; mientras que el efecto de una baja en el rinde efectivo y la consecuente caída del margen bruto registrado en las 920.000 hectáreas restantes suman otros US$ 343 millones.

El cálculo de las pérdidas referidas a las hectáreas que sí se cosecharon, pero a un rinde inferior a la estimación anterior (octubre), refiere específicamente a los costos que afrontó el productor en materia de insumos, pulverización, estructura, fletes, comercialización y seguros; en tanto que las hectáreas perdidas sin cosechar mantienen la misma estructura de costos, con excepción de los fletes y la comercialización.

En tanto, se proyecta que el nivel de exportaciones bajará y totalizará 7 Mt, en contraposición a la anterior estimación de 9 Mt de octubre y de 14,5 Mt de la campaña 2021/2022. Además, el consumo doméstico también se reacomodará a una oferta más restringida, pasando de 6,9 Mt en las últimas campañas, a un volumen de 6,4 Mt para el ciclo 2022/23, debido a la relativa inflexibilidad a la baja que caracteriza a la demanda interna.

Así, con un volumen de ventas externas de 7 Mt, el costo de oportunidad total para el país (lo que dejará de percibir en exportaciones) sigue incrementándose y la Argentina pierde la posibilidad de ingresar divisas por 2.221 millones de dólares, comparado con lo exportado en el ciclo 2021/22.

A la vez, si se compara la evolución de las exportaciones de trigo valuadas en dólares a lo largo de los últimos 10 años, la de 2022/23 es la más baja de los últimos tres años, de acuerdo con la Bolsa de Rosario.

Con un stock final que se reduce a más de la mitad en comparación al ciclo actual, la relación entre el consumo y las existencias queda definida en un 10%, lo que generará una situación más ajustada para el abastecimiento de cara al empalme de cosechas del próximo año. Este ratio es, en efecto, el más bajo desde la campaña 2016/17.

Por otra parte, en términos de la superficie que no llegará a trillarse a nivel nacional, se estima que la pérdida tanto en porcentaje como en cantidad de hectáreas es la más alta de los últimos 40 años y totaliza alrededor de 830.000 ha. Hay que remontarse hasta el ciclo 1980/81 para observar un nivel de pérdida de superficie mayor, cuya campaña presentaba un guarismo de 81% de trigo cosechado, frente al 86% de la campaña 2022/23.

“La incertidumbre creciente y el espectro de escenarios pesimistas, tanto a nivel local como internacional, es el resultado de niveles de sequía alarmantes sumado a heladas tardías sumamente destructoras, que están socavando la calidad del grano nuevo y que limitan las posibilidades de avance en los indicadores”, señala la entidad local.

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